LUNES, 01 DE ABRIL
LUCIFER ENGAÑA, CRISTO PREVALECE
Era un ser de poder y gloria admirables el que se había levantado contra Dios… Lucifer había sido el querubín cubridor. Había estado en la luz de la presencia de Dios. Había sido el más alto de todos los seres creados y el primero en revelar los propósitos de Dios al universo. Después que hubo pecado, su poder seductor era tanto más engañoso y resultaba tanto más difícil desenmascarar su carácter cuanto más exaltada había sido la posición que ocupara cerca del Padre (El Deseado de todas las gentes, p. 706).
Cuando nuestros primeros padres fueron colocados en el bello jardín del Edén, fueron probados en su lealtad a Dios. Estaban en libertad de elegir servir a Dios, o por la desobediencia aliarse con el enemigo de Dios y del hombre. Si hacían caso omiso de los mandatos de Dios y escuchaban la voz de Satanás, que hablaba a través de la serpiente, no solo perderían su derecho al Edén, sino a la vida misma…
Con cuán intenso interés observó todo el universo el conflicto que había de decidir la posición de Adán y Eva. Cuán atentamente escucharon los ángeles las palabras de Satanás… ¡Cuán ansiosamente esperaron para ver si la santa pareja sería engañada por el tentador y se rendiría a sus artificios!…
Adán y Eva se persuadieron de que un asunto tan pequeño como comer del fruto del árbol prohibido no podría resultar en una consecuencia tan terrible como Dios había declarado. Pero ese asunto pequeño era el pecado, la transgresión de la inmutable y santa ley de Dios, y abría las compuertas de la muerte y de indecibles penalidades para nuestro mundo… No estimemos al pecado como algo trivial (That I May Know Him, p. 14; parcialmente en A fin de conocerle, 8 de enero, p. 16).
Vivimos en el tiempo del fin, y Satanás está trabajando con poder y maestría mediante tentaciones sutiles a fin de vencer a los que creen en Jesús. Pero debemos ser guardados “por el poder de Dios”; por lo tanto, en la tentación dé gloria a Dios, que es capaz de guardar al alma creyente para que no sea vencida por el astuto enemigo…
El sagaz engañador ha demostrado ser acusador, mentiroso, atormentador y asesino; pero no importa qué cosa induzca a otros a decir de Ud., el Señor puede decirle como dijo a Pedro: “Apártate de mí, Satanás”. Puede decirle: “No debes colocarte entre mí y el alma por la cual morí como rescate”. Está en usted… el resistir a Satanás con sus tentaciones y aferrarse de Cristo. Manténgase cerca de Jesús, coloque su mano en la suya, y él sostendrá firmemente su mano. Nunca abandonará al alma que confía en él (Alza tus ojos, 28 de enero, p. 40).
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NOTAS DE ELENA
MATERIAL COMPLEMENTARIO DE ESCUELA SABÁTICA
II TRIMESTRE DEL 2024
Narrado por: Patty Cuyan
Desde: California, USA
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