JUEVES, 1° DE SEPTIEMBRE
NUESTRA ROCA Y REFUGIO
Nuestros enemigos pueden triunfar. Pueden hablar palabras mentirosas, y sus lenguas calumniadoras pueden idear fraudes, calumnias y estratagemas; pero no lograrán movernos. Sabemos a quién hemos creído. No hemos trabajado ni corrido en vano. Jesús nos conoce… El día del ajuste de cuentas se aproxima y todos serán juzgados de acuerdo con las obras que se han hecho en el cuerpo…
Es cierto que el mundo está en tinieblas. La oposición puede acrecentarse. Los frívolos y los escarnecedores pueden envalentonarse y endurecerse en sus iniquidades. Pero nada de esto nos conmoverá. No hemos andado en la incertidumbre. No, no. Mi corazón está determina-do en su confianza en Dios. Tenemos un Salvador poderoso. Podemos regocijarnos en su rica plenitud. Anhelo ser más devota y consagrada a Dios. Este mundo es demasiado oscuro para mí. Jesús dijo que él iría a prepararnos mansiones, para que donde él esté nosotros también podamos estar. Alabado sea Dios por esto. Mi corazón salta de alegría ante la gozosa perspectiva (Reflejemos a Jesús, p. 343).
Al modo como el viajero fatigado que, hallando en el desierto la buscada fuente, apaga su sed abrasadora, el cristiano buscará y obtendrá el agua pura de la vida, cuyo manantial es Cristo…
Un elemento divino se une con lo humano cuando el alma busca a Dios y el corazón anheloso puede decir: “Alma mía, en Dios solamente reposa; porque de él es mi esperanza” Salmo 62:5.
Si en nuestra alma sentimos necesidad, si tenemos hambre y sed de justicia, ello es una indicación de que Cristo influyó en nuestro corazón para que le pidamos que haga, por intermedio del Espíritu Santo, lo que nos es imposible a nosotros. Si ascendemos un poco más en el sendero de la fe, no necesitamos apagar la sed en riachuelos superficiales; porque tan solo un poco más arriba de nosotros se encuentra el gran manantial de cuyas aguas abundantes podemos beber libremente (Discurso maestro de Jesucristo, pp. 21, 22).
Nuestro Padre celestial está esperando para derramar sobre nosotros la plenitud de sus bendiciones. Es privilegio nuestro beber abundantemente en la fuente del amor infinito. ¡Cuán extraño es que oremos tan poco! …
Las tinieblas del malo cercan a aquellos que descuidan la oración. Las tentaciones secretas del enemigo los incitan al pecado; y todo por-que ellos no se valen del privilegio de orar que Dios les ha concedido. ¿Por qué los hijos e hijas de Dios han de ser tan remisos para orar, cuan-do la oración es la llave en la mano de la fe para abrir el almacén del cielo, donde están atesorados los recursos infinitos de la Omnipotencia? Sin oración incesante y vigilancia diligente corremos el riesgo de volvernos indiferentes y de desviarnos del sendero recto. Nuestro adversa-rio procura constantemente obstruir el camino al propiciatorio, para que no obtengamos, mediante fervientes súplicas y fe, gracia y poder para resistir la tentación (El camino a Cristo, pp. 94, 95).
VIERNES, 02 DE SEPTIEMBRE: PARA ESTUDIAR Y MEDITAR
Reflejemos a Jesús, 23 de enero, “Cristo, el ejemplo perfecto para los niños, jóvenes y adultos”, p. 29;
El evangelismo, “Calificaciones esenciales del obrero”, pp. 456-459.
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NOTAS DE ELENA
LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA
III TRIMESTRE DEL 2022
Narrado por: Patty Cuyan
Desde: California, USA
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