LUNES, 03 DE OCTUBRE
EL ENGAÑO DE LA SERPIENTE
Los santos ángeles visitaban a menudo el huerto, y daban instrucciones a Adán y Eva acerca de sus ocupaciones y también los instruyeron acerca de la rebelión y la caída de Satanás. Los ángeles los pusieron en guardia con respecto a Satanás y les aconsejaron que no se separasen el uno del otro en sus ocupaciones, porque podían encontrarse con el enemigo caído. Los ángeles les recomendaron también que siguiesen estrictamente las indicaciones que Dios les había dado, pues únicamente en la obediencia perfecta podían tener seguridad. Si obraban así, el enemigo caído no tendría poder contra ellos.
Satanás comenzó su obra con Eva, para inducirla a desobedecer. Ella erró, primero al apartarse de su esposo; luego, al demorarse cerca del árbol prohibido; y después, al escuchar la voz del tentador al punto de dudar de lo que Dios había dicho: “El día que de él comieres, ciertamente morirás”. Pensó que tal vez el Señor no quería decir precisamente lo que había dicho, y se aventuró a extender la mano, tomó del fruto, y comió. Era agradable al ojo y al paladar. Entonces sintió celos de que Dios les hubiese privado de lo que era realmente bueno para ellos (Primeros escritos, p. 147).

Satanás quería introducir la idea de que al comer del árbol prohibido recibirían una nueva clase de conocimiento más noble que el que habían alcanzado hasta entonces. Esa ha sido su especial tarea, con gran éxito, desde su caída: inducir a los hombres a espiar los secretos del Todopoderoso y a no quedarse satisfechos con lo que Dios ha revelado, y a no obedecer cuidadosamente lo – que él ha ordenado. Pretende inducirlos, además, a desobedecer los mandamientos de Dios, para hacerles creer que se están introduciendo en un maravilloso campo de conocimiento. Eso es pura suposición, y un engaño miserable. No logran entender lo que Dios ha revelado, y menosprecian sus explícitos mandamientos y procuran sabiduría, separados de Dios, y tratan de comprender lo que él ha decidido vedar a los mortales. Se ensoberbecen en sus ideas de progreso y se sienten encantados por sus propias vanas filosofías, pero en relación con el verdadero conocimiento andan a tientas en la oscuridad de la medianoche. Siempre están aprendiendo, pero nunca son capaces de llegar al conocimiento de la verdad (La historia de la redención, pp. 34,35).

Dios no quería que nuestros primeros padres tuvieran conocimiento de la culpa. Cuando ellos aceptaron los asertos de Satanás, que eran falsos, entraron en nuestro mundo la desobediencia y la transgresión. Esta desobediencia a la orden expresa de Dios, el hecho de creer las mentiras de Satanás, abrió las compuertas del mal sobre el mundo (Mente, carácter, y personalidad, t. 2, p. 583).

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NOTAS DE ELENA
LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA
IV TRIMESTRE DEL 2022
Narrado por: Patty Cuyan
Desde: California, USA
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