LUNES, 04 DE SEPTIEMBRE
CONSEJOS PARA LOS PADRES
Un padre cristiano es el lazo de unión de su familia, el que los reúne ante el trono de Dios. Jamás debe perder su interés en sus hijos. El padre que tiene una familia compuesta de hijos varones no debiera dejar estos inquietos muchachos al cuidado de la madre… Debiera ser el compañero y amigo de sus hijos. Debiera esforzarse por mantenerlos alejados de las malas compañías… haciendo todo lo que esté de su parte para conducir sus hijos a Dios.
Cuando los hijos pierden el dominio propio y pronuncian palabras impetuosas… el silencio será más eficaz para promover el arrepentimiento que cualquier palabra que pudierais pronunciar. Satanás se regocija cuando los padres irritan a sus hijos con sus palabras coléricas y ásperas… ‘Padres, no irritéis a vuestros hijos, porque no se hagan de poco ánimo.’ Colosenses 3:21… Que vuestra serenidad les ayude a recuperar la debida actitud mental (La fe por la cual vivo, p. 267).
Algunos padres suscitan muchas tormentas por su falta de dominio propio. En vez de pedir bondadosamente a los niños que hagan esto o aquello, les dan órdenes en tono de reprensión, y al mismo tiempo tienen en los labios censuras o reproches que los niños no merecieron. Padres, esta conducta para con vuestros hijos destruye su alegría y ambición. Ellos cumplen vuestras órdenes, no por amor, sino porque no se atreven a obrar de otro modo. No ponen su corazón en el asunto. Les resulta un trabajo penoso en vez de un placer; y a menudo por esto mismo se olvidan de seguir todas vuestras indicaciones, lo cual acrece vuestra irritación y empeora la situación de los niños. Las censuras se repiten; se les pinta con vivos colores su mala conducta, hasta que el desaliento se posesiona de ellos, y no les interesa agradaros. Se apodera de ellos un espíritu que los impulsa a decir: “A mí qué me importa”, y van a buscar fuera del hogar, lejos de sus padres, el placer y deleite que no encuentran en casa (Conducción del niño, p. 263).
Los modales amables, la conversación alegre y los actos de amor ligarán los corazones de los hijos con los de sus padres con sedosas cuerdas de afecto y serán más eficaces para hacer atractivo el hogar que todos los más preciosos adornos que el oro puede adquirir.
Debiera siempre cultivarse el más tierno afecto entre esposo y esposa, padres e lujos, hermanos y hermanas. Debiera evitarse toda palabra impetuosa y ni siquiera se debiera notar la apariencia de falta de amor entre unos y otros… Los hijos han de respetar y reverenciar a sus padres, y los padres han de manifestar paciencia, bondad y cariño hacia sus hijos. Cada uno debiera hacer todo lo que está de su parte para complacer y hacer dichosos a los miembros del círculo familiar (La fe por la cual vivo, p. 269).
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NOTAS DE ELENA
LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA
III TRIMESTRE DEL 2023
Narrado por: Patty Cuyan
Desde: California, USA
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