SÁBADO DE TARDE, 05 DE FEBRERO
JESÚS, EL ANCLA DEL ALMA
El amante Jesús está listo para bendeciros abundantemente; pero necesitamos obtener experiencia en la fe, en la oración ferviente, y regocijarnos en el amor de Dios…
Debemos estudiar las amonestaciones y correcciones que dio a su pueblo en tiempos pasados. No carecemos de luz. Sabemos qué obras debemos evitar, y qué requerimientos nos ha ordenado observar; así que si no procuramos saber y hacer lo correcto, es porque el obrar mal conviene más al corazón carnal que hacer el bien.
Siempre habrá algunos sin fe, que esperarán ser llevados adelante por la fe de otros. No tienen conocimiento experimental de la verdad, y por consiguiente no han sentido su poder santificador en su propia alma. Incumbe a todo miembro de la iglesia escudriñar queda y diligentemente su propio corazón, y ver si su vida y carácter están en armonía con la gran norma de justicia divina (Testimonios para la iglesia, t. 5, p. 502).
El gran adversario de Dios y enemigo del hombre se mantiene vigilante para encontrar una oportunidad de sorprendemos con la guardia baja. Jesús nos amonesta acerca de nuestro peligro y nos advierte contra el astuto enemigo. Repetidamente coloca delante de nosotros el deber de mantenemos siempre vigilantes y en oración, a fin de no caer en tentación. Crean en Jesús. Confíen en Jesús con una fe viviente y constante, y confíen en él para que los guarde y los salve. Están asidos de Uno que es poderoso para salvarlos, y por tanto tiempo como se sometan para ser conducidos por él, para aprender de él y confiar en él, los guardará sin caída. Y si se encarga de protegerlos, es una defensa segura (Alza tus ojos, p. 17).
Cuando estamos preocupados, cuando estamos asediados por la tentación, cuando los sentimientos y los deseos del corazón natural luchan por obtener la victoria, deberíamos ofrecer oraciones fervientes, en todo tiempo, a nuestro Padre celestial en el nombre de Cristo; y esto hará que Jesús venga a nuestro socorro, para que, mediante su nombre poderoso y eficaz, podamos lograr la victoria y alejar a Satanás de nuestro lado. Pero no debemos halagarnos a nosotros mismos pensando en que estamos seguros mientras hacemos solo esfuerzos débiles en nuestro favor…
Solamente en Dios tenemos ayuda. No deberíamos halagarnos pensando en que tenemos poder o sabiduría en nosotros mismos, porque nuestro poder es debilidad y nuestro juicio es necedad. Cristo venció al enemigo por nosotros, porque tuvo compasión de nuestra debilidad y sabía que seríamos vencidos y pereceríamos si él no acudía a nuestro socorro. Cubrió su divinidad con la humanidad, y así estuvo en condiciones de alcanzar al hombre con su brazo humano, mientras que con su brazo divino se aferraba al trono del Infinito (A fin de conocerle, pp. 267, 268).

===================
NOTAS DE ELENA
LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA
I TRIMESTRE DEL 2022
Narrado por: Patty Cuyan
Desde: California, USA
===================
|| www.drministries.org ||
===================