MIÉRCOLES, 05 DE JULIO
VIVIR PARA ALABAR SU GLORIA
Cristo nunca debiera estar alejado de nuestra mente. Los ángeles dijeron de El: “Llamarás su nombre JESUS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”. Mateo 1:21. ¡Qué precioso Salvador es Jesús! Seguridad, auxilio, confianza y paz hay en él. Es el disipador de todas nuestras dudas, la prenda de todas nuestras esperanzas. Cuán precioso es el pensamiento de que realmente podemos llegar a ser participantes de la naturaleza divina, con la que podemos vencer así como Jesús venció. Jesús es la plenitud de nuestras expectativas. Es la melodía de nuestros himnos, la sombra de una gran roca en el desierto. Es el agua viva para el alma sedienta. Es nuestro refugio en la tempestad. Es nuestra justicia, nuestra santificación, nuestra redención. Cuando Cristo es nuestro Salvador personal, anunciaremos las virtudes de Aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable (Reflejemos a Jesús, p. 13).

Y antes de mucho las puertas del cielo se abrirán para recibir a los hijos de Dios, y de los labios del Rey de gloria resonará en sus oídos, como la música más dulce, la invitación: “¡Venid, benditos de mi Padre, poseed el reino destinado para vosotros desde la fundación del mundo!” Mateo 25:34.

Entonces los redimidos recibirán con gozo la bienvenida al hogar que el Señor Jesús les está preparando. Allí su compañía… será… los que hayan vencido a Satanás y por la gracia divina hayan adquirido un carácter perfecto. Toda tendencia pecaminosa, toda imperfección que los aflige aquí, habrá sido quitada por la sangre de Cristo, y se les comunicará la excelencia y brillantez de su gloria, que excede con mucho a la del sol…
En vista de la herencia gloriosa que puede ser suya, “¿qué rescate dará el hombre por su alma?” Mateo 16:26… El alma redimida y limpiada de pecado, con todas sus nobles facultades dedicadas al servicio de Dios, es de un valor incomparable; y hay gozo en el cielo delante de Dios y de los santos ángeles por cada alma rescatada, un gozo que se expresa con cánticos de santo triunfo (El camino a Cristo, pp. 125, 126).

Algunas veces los cristianos piensan que sus dificultades son la consecuencia de haberse adherido a una verdad impopular, y de profesar ser seguidores de Cristo; creen que eso es lo que hace más duro el camino y cuesta tantos sacrificios realizar, cuando en realidad no hacen ningún sacrificio. Si en verdad son adoptados en la familia de Dios, ¿qué sacrificio pueden hacer? Al seguir a Cristo habrán tenido que cortar alguna amistad con sus relaciones amadoras del mundo, pero contemplemos el cambio —sus nombres escritos en el libro de la vida del Cordero, elevados, sí, grandemente exaltados, para ser partícipes de la salvación, herederos de Dios y coherederos con Jesucristo en una herencia imperecedera…

Si hay alguien que continuamente debe estar agradecido, es el seguidor de Cristo. Si hay alguien que disfruta de un verdadero gozo aun en esta vida, es el fiel cristiano… Si apreciamos o tenemos sentido del costo de nuestra salvación, todo lo que podamos llamar sacrificio desaparecerá en la insignificancia (Nuestra elevada vocación, p. 203).

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NOTAS DE ELENA
LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA
III TRIMESTRE DEL 2023
Narrado por: Patty Cuyan
Desde: California, USA
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