SÁBADO, 06 DE AGOSTO
ESPERANZA INDESTRUCTIBLE
Cuando lleguen las pruebas, recordad que estas son enviadas para vuestro bien… Cuando las pruebas y tribulaciones os aflijan, recordad que fueron enviadas para que pudierais recibir renovada fuerza y mayor humildad de manos del Señor de la gloria, a fin de que él pudiera bendeciros libremente y apoyaros y sosteneros. Con fe y con la esperanza “que no avergüenza,” aferraos a las promesas de Dios…

El Señor se propone que su pueblo sea feliz, y abre ante nosotros una fuente de consuelo tras otra, para que podamos henchirnos de gozo y paz en medio de nuestra vida actual. No tenemos necesidad de esperar hasta ir al cielo para gozar de iluminación, consuelo y gozo. Debemos disfrutar de ellos aquí mismo en esta vida…Perdemos mucho porque no nos asimos de las bendiciones que podrían ser nuestras en medio de las aflicciones. Todos nuestros sufrimientos y tristezas, todas nuestras tentaciones y pruebas, todos nuestros pesares, nuestros vituperios y privaciones, en suma, toda obra en conjunto para nuestro bien…Todas las circunstancias y los incidentes son los artesanos divinos por medio de los cuales se nos hace bien. Miremos la luz que se oculta tras la nube (Mi vida hoy, 30 de junio, p. 192).

Ahora que usted ya no puede mantenerse activa, y cuando las dolencias la asedian, todo lo que Dios requiere de Ud. es que confíe en él. Encomiende a él su alma como a un fiel Creador. Sus misericordias son seguras y su pacto es eterno. Bienaventurado es el hombre que espera en el Señor su Dios y que guarda la verdad para siempre. Que su mente se posesione de las promesas y que las retenga. Si Ud. no puede recordar rápidamente la abundante seguridad contenida en las preciosas promesas, escúchelas de los labios de otra persona. Qué plenitud, y qué amor y seguridad se encuentran en las siguientes palabras que proceden de los labios de Dios mismo, que proclaman su amor, su piedad y su interés en los hijos que constituyen su preocupación:
“¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a milla-res, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado”. Éxodo 34:6, 7 (Mensajes selectos, t. 2, pp. 264, 265).

La Biblia revela a Cristo como el buen Pastor, que busca a las ovejas perdidas incansablemente. Por métodos peculiarmente suyos, ayudaba a todos los que necesitaban ayuda. Con gracia tierna y cortés, ministraba a las almas enfermas de pecado, impartiendo sanidad y fuerza…

Toda la vida del Salvador se caracterizó por la benevolencia desinteresada y la hermosura de la santidad. Él es nuestro modelo de bondad. Desde el comienzo de su ministerio, los hombres empezaron a comprender más claramente el carácter de Dios. Practicaba sus enseñanzas en su propia vida. Era consecuente sin obstinación, benevolente sin debilidad, y manifestaba ternura y simpatía sin sentimentalismo. Era altamente sociable, aunque poseía una reserva que inhibía cualquier familiaridad. Su temperancia nunca lo llevó al fanatismo o la austeridad. No se conformaba con el mundo, y sin embargo prestaba atención a las necesidades de los menores de entre los hombres (Consejos para los maestros, pp. 248, 249).

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NOTAS DE ELENA
LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA
III TRIMESTRE DEL 2022
Narrado por: Patty Cuyan
Desde: California, USA
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