MARTES, 06 DE DICIEMBRE
LA REENCARNACIÓN
Satanás seduce hoy día a los hombres como sedujo a Eva en el Edén, lisonjeándolos, alentando en ellos el deseo de conocimientos prohibidos y despertando en ellos la ambición de exaltarse a sí mismos. Fue alimentando esos males como cayó él mismo, y por ellos trata de acarrear la ruina de los hombres. “Y seréis como Dios —dijo él—, conocedores del bien y del mal”. Génesis 3:5 (VM). El espiritismo enseña. “que el hombre es un ser susceptible de adelanto; que su destino consiste en progresar desde su nacimiento, aun hasta la eternidad, hacia la divinidad”. Y además que “cada inteligencia se juzgará a sí misma y no será juzgada por otra”. “El juicio será justo, porque será el juicio que uno haga de sí mismo […I. El tribunal está interiormente en vosotros”. Un maestro espiritista dijo que cuando “la conciencia espiritual” se despertó en él: “Todos mis semejantes eran semidioses no caídos”. Y otro dice: “Todo ser justo y perfecto es Cristo”.
Así, en lugar de la justicia y perfección del Dios infinito que es el verdadero objeto de la adoración; en lugar de la justicia perfecta de la ley, que es el verdadero modelo de la perfección humana, Satanás ha colocado la naturaleza pecadora del hombre sujeto al error, como único objeto de adoración, única regla del juicio o modelo del carácter. Eso no es progreso, sino retroceso (El conflicto de los siglos, p. 542).
Satanás estaba tratando de privar a los hombres del conocimiento de Dios, de desviar su atención del templo de Dios, y establecer su propio reino. Su contienda por la supremacía había parecido tener casi completo éxito. Es cierto que en toda generación Dios había tenido sus agentes. Aun entre los paganos, había hombres por medio de quienes Cristo estaba obrando para elevar el pueblo de su pecado y degradación. Pero eran despreciados y odiados. A muchos se les había dado muerte. La obscura sombra que Satanás había echado sobre el mundo se volvía cada vez más densa.
Mediante el paganismo, Satanás había apartado de Dios a los hombres durante muchos siglos; pero al pervertir la fe de Israel había obtenido su mayor triunfo. Al contemplar y adorar sus propias concepciones, los paganos habían perdido el conocimiento de Dios, y se habían ido corrompiendo cada vez más. Así había sucedido también con Israel. El principio de que el hombre puede salvarse por sus obras, que es fundamento de toda religión pagana, era ya principio de la religión judaica. Satanás lo había implantado; y doquiera se lo adopte, los hombres no tienen defensa contra el pecado (El Deseado de todas las gentes, p. 26).
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NOTAS DE ELENA
LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA
IV TRIMESTRE DEL 2022
Narrado por: Patty Cuyan
Desde: California, USA
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