MARTES, 06 DE SEPTIEMBRE
DAVID: UNA LECCIÓN OBJETIVA SOBRE LA ESPERA
Protegidos por las oscuras sombras de las colinas, David y su asistente entraron en el campamento del enemigo. Mientras trataban de averiguar el número exacto de sus enemigos, llegaron adonde Saúl dormía. Su lanza estaba hincada en la tierra, y había un jarro de agua a su cabecera; al lado de él yacía Abner, su comandante en jefe; alrededor de todos ellos estaban los soldados, sumidos en el sueño. Abisaí levantó su lanza, y dijo a David: “Hoy ha Dios entregado a tu enemigo en tus manos: ahora pues, herirélo luego con la lanza, cosiéndole con la tierra de un golpe, y no segundaré”. Y esperó la palabra que le diera el permiso; pero sus oídos escucharon las palabras susurradas:
“No le mates: porque ¿quién extenderá su mano contra el ungido de Jehová, y será inocente?…

Vive Jehová, que si Jehová no lo hiriere, o que su día llegue para que muera, o que descendiendo en batalla perezca, guárdeme Jehová de extender mi mano contra el ungido de Jehová…

Este segundo caso en que David respetaba la vida de su soberano hizo una impresión aún más profunda en la mente de Saúl, y arrancó de él un reconocimiento más humilde de su falta. Le asombraba y subyugaba la manifestación de tanta bondad. Al despedirse de David, Saúl exclamó: “Bendito eres tú, hijo mío David; sin duda ejecutarás tú grandes empresas, y prevalecerás”. Pero el hijo de Isaí no tenía esperanza de que él siguiera por mucho tiempo en esta actitud (Historia de los patriarcas y profetas, pp. 726, 727).

Es importante creer en la palabra de Dios y actuar de acuerdo a ella en seguida, mientras los ángeles están esperando para obrar en nuestro favor. Los ángeles malos están siempre listos para disputar todo paso hacia adelante. Y cuando la providencia de Dios manda a sus hijos que avancen, cuando él está dispuesto a hacer grandes cosas para ellos, Satanás los tienta a que desagraden al Señor por su vacilación y tardanza; 0-ata de encender un espíritu de contienda y de despertar murmuraciones o incredulidad, a fin de privarlos de las bendiciones que Dios desea otorgarles. Los siervos de Dios deben ser como milicianos, siempre dispuestos a avanzar tan pronto como su providencia les abra el camino. Cualquier tardanza que haya de su parte da tiempo a que Satanás obre para derrotarlos (Historia de los patriarcas y profetas, p. 448).

El Señor no siempre elige hombres con talentos muy grandes para su obra, sino que selecciona a los que podrá usar mejor. Personas que podrían realizar un buen trabajo para el Señor pueden ser dejadas por un tiempo en la oscuridad, aparentemente ignoradas y sin ser empleadas por su Maestro. Pero si cumplen fielmente los deberes de su humilde posición, poniendo buena voluntad al trabajar y sacrificarse por él, a su tiempo él les confiará mayores responsabilidades.

Antes del honor, está la humildad. El Señor puede usar con más eficacia a los que son conscientes de su propia indignidad e ineficacia. Les enseñará a ejercitar el valor que proviene de la fe. Los hará fuertes uniendo la debilidad de ellos a su poder, y sabios uniendo la ignorancia de ellos con su sabiduría (Conflicto y valor, p. 126).

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NOTAS DE ELENA
LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA
III TRIMESTRE DEL 2022
Narrado por: Patty Cuyan
Desde: California, USA
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