LUNES, 07 DE FEBRERO
IMPOSIBLE DE RENOVAR
El corazón orgulloso lucha para ganar la salvación; pero tanto nuestro derecho al cielo como nuestra idoneidad para él, se hallan en la justicia de Cristo. El Señor no puede hacer nada para sanar al hombre hasta que, convencido este de su propia debilidad y despojado de toda suficiencia propia, se entrega al dominio de Dios. Entonces puede recibir el don que Dios espera concederle. De nada es privada el alma que siente su necesidad. Ella tiene acceso sin reserva a Aquel en quien mora toda la plenitud. “Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados. Isaías 57:15 (El Deseado de todas las gentes, p. 267).
Las escenas de la traición, el rechazo y la crucifixión de Cristo han sido reproducidas, y lo volverán a ser en una escala inmensa. Algunos se llenarán de las características de Satanás. Los engaños del archienemigo de Dios y del hombre tendrán gran poder. Los que hayan dado sus afectos a cualquier líder que no sea Cristo se hallarán dominados —en cuerpo, alma y espíritu— por una infatuación tan fascinadora que, bajo su poder, las almas se apartan para no escuchar la verdad y creer una mentira. Quedan entrampados y cautivos, y mediante cada una de sus acciones claman: “Soltadnos a Barrabás, y crucificad a Cristo”…
En las iglesias que se han apartado de la verdad y la justicia, se revela lo que la naturaleza humana será y hará cuando el amor de Dios no es un principio que vive en el alma. No necesitamos sorprendernos de nada que ocurra ahora. No necesitamos maravillarnos de ningún suceso de horror. Los que pisotean bajo sus malvados pies la ley de Dios tienen el mismo espíritu que poseyeron los hombres que insultaron y traicionaron a Jesús (Mensajes selectos, t. 3, p. 475).
El cielo nos habrá costado bastante poco, aun cuando lo obtengamos por medio de sufrimiento. Debemos negarnos a nosotros mismos todo el camino, morir diariamente, dejar que solo se vea a Jesús, recordar de continuo su gloria. Vi que los que han aceptado la verdad últimamente tendrían que saber lo que es sufrir por amor de Cristo, que tendrían que soportar pruebas duras y amargas, a fin de ser purificados y preparados mediante el sufrimiento para recibir el sello del Dios vivo…
Al ver lo que debemos ser para heredar la gloria, y ver luego cuánto sufrió Jesús para obtener en nuestro favor una heredad tan preciosa, rogué que fuésemos bautizados en los sufrimientos de Cristo, para no atemorizarnos frente a las pruebas… Dijo el ángel: “Negaos a vosotros mismos; debéis avanzar con rapidez”. Algunos de nosotros hemos tenido tiempo para llegar a la verdad, para avanzar paso a paso, y cada paso que hemos dado nos ha fortalecido para tomar el siguiente. Pero ahora el tiempo está casi agotado, y lo que hemos tardado años en aprender, ellos tendrán que aprenderlo en pocos meses (Primeros escritos, pp. 66, 67).

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NOTAS DE ELENA
LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA
I TRIMESTRE DEL 2022
Narrado por: Patty Cuyan
Desde: California, USA
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