JUEVES, 08 DE SEPTIEMBRE
APRENDAMOS A DELEITARNOS EN JEHOVÁ
El salmista dice: “Confía en Jehová, y obra el bien; habita tranquilo en la tierra, y apaciéntate de la verdad”. Salmo 37:3″. Confía en Jehová”. Cada día trae sus cargas, sus cuidados y perplejidades; y cuán listos estamos para hablar de ellos cuando nos encontramos unos con otros. Nos acosan tantas penas imaginarias, cultivamos tantos temores y expresamos tal peso de ansiedadés, que cualquiera podría suponer que no tenemos un Salvador poderoso y misericordioso, dispuesto a oír todas nuestras peticiones y a ser nuestro protector constante en cada hora de necesidad.

Algunos temen siempre, y toman cuitas prestadas. Todos los días están rodeados de las prendas del amor de Dios; todos los días gozan las bondades de su providencia; pero pasan por alto estas bendiciones presentes. Sus mentes están siempre espaciándose en algo desagradable cuya llegada temen; o puede ser que existan realmente algunas dificultades que, aunque pequeñas, ciegan sus ojos a las muchas bendiciones que demandan gratitud (El camino a Cristo, pp. 121, 122).

En cada prueba tenemos consolación eficaz. ¿No se conmueve nuestro Salvador al comprender nuestras debilidades? ¿No ha sido tentado en todo como nosotros? ¿Y no nos ha invitado a llevarle cada prueba y perplejidad? Entonces no nos aflijamos por las cargas de mañana.

Valerosa y alegremente Ileve más las cargas de hoy. Hoy tenemos que tener con fianza y fe. No estamos invitados a vivir más que un día a la vez. Quien da fortaleza para hoy, dará fortaleza para mañana…

Nada hiere tanto el alma como los agudos dardos de la incredulidad. Cuando la prueba viene, como indudablemente vendrá, no os angustiéis o lamentéis. El silencio en el alma hace más clara la voz de Dios. “Luego se alegran, porque se apaciguaron”. Salmo 107:30. Recordad que debajo de vosotros están los brazos eternos. “Guarda silencio ante Jehová, y espera en él”. Salmo 37:7. Él os está guiando a un refugio de experiencias benignas (Dios nos cuida, p. 182).

Necesitamos comprender mejor el sentido de estas palabras: “Debajo de su sombra me senté con gran deleite”. Cantares 2:3 (VM). Ellas no evocan en nuestro espíritu la imagen de un apresuramiento febril, sino por el contrario, la de un dulce reposo…

Apartémonos de las encrucijadas polvorientas y calurosas que frecuenta la multitud y vayamos a descansar a la sombra del amor del Salvador. Allí es donde obtendremos fuerza para continuar la lucha; allí es donde aprenderemos a reducir nuestros afanes y a loar a Dios. Aprendan de Jesús una lección de calma confiada aquellos que están trabajados y cargados. Deben sentarse a su sombra si quieren recibir de él paz y reposo (Testimonios para la iglesia, t. 7, p. 70).

VIERNES, 09 DE SEPTIEMBRE: PARA ESTUDIAR Y MEDITAR
En los lugares celestiales, 25 de agosto, “Gracias que debemos fomentar”, p. 246;
Testimonios para la iglesia, t. 5, “La paciencia del cristiano”, pp. 310-315.

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NOTAS DE ELENA
LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA
III TRIMESTRE DEL 2022
Narrado por: Patty Cuyan
Desde: California, USA
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