MARTES, 11 DE JUNIO
IDENTIFIQUEMOS A LA BESTIA: PRIMERA PARTE
La ilación profética en la que se encuentran estos símbolos empieza en el capítulo 12 del Apocalipsis, con el dragón que trató de destruir a Cristo cuando nació. En dicho capítulo vemos que el dragón es Satanás (Apocalipsis 12:9); fue él quien indujo a Herodes a procurar la muerte del Salvador. Pero el agente principal de Satanás al guerrear contra Cristo y su pueblo durante los primeros siglos de la era cristiana, fue el Imperio Romano, en el cual prevalecía la religión pagana. Así que si bien el dragón representa primero a Satanás, en sentido derivado es un símbolo de la Roma pagana (El conflicto de los siglos, p. 434).
Mediante esa primera bestia se representa a la Iglesia Romana, una organización eclesiástica investida de poder civil, con autoridad para castigar a los disidentes. La imagen de la bestia representa otra organización religiosa investida de poderes similares. La formación de esa imagen es obra de la bestia cuyo pacífico surgimiento y disposición aparentemente bondadosa hacen de ella un notable símbolo de los Estados Unidos. Aquí se puede encontrar una imagen del papado. Cuando las iglesias de nuestro país, al unirse en puntos de fe que les son comunes, influyan sobre el estado para que imponga sus decretos y apoye sus instituciones, entonces los Estados Unidos, país protestante, habrán formado una imagen de la jerarquía romana. Entonces la verdadera iglesia será objeto de persecución, como lo fue el antiguo pueblo de Dios (La historia de la redención, pp. 400, 401).
La Palabra de Dios ha dado advertencias respecto a tan inminente peligro; descuide estos avisos y el mundo protestante sabrá cuáles son los verdaderos propósitos de Roma, pero ya será tarde para salir de la trampa. Roma está aumentando sigilosamente su poder. Sus doctrinas están ejerciendo su influencia en las cámaras legislativas, en las iglesias y en los corazones de los hombres. Ya está levantando sus soberbios e imponentes edificios en cuyos secretos recintos reanudará sus antiguas persecuciones. Está acumulando ocultamente sus fuerzas y sin despertar sospechas para alcanzar sus propios fines y para dar el golpe en su debido tiempo. Todo lo que Roma desea es asegurarse alguna ventaja, y esta ya le ha sido concedida. Pronto veremos y palparemos los propósitos del romanismo. Cualquiera que crea u obedezca a la Palabra de Dios incurrirá en oprobio y persecución (El conflicto de los siglos, p. 567).
Nadie se engañe. El papado que los protestantes están ahora tan dispuestos a honrar, es el mismo que gobernaba al mundo en tiempos de la Reforma, cuando se levantaron hombres de Dios con peligro de sus vidas para denunciar la iniquidad de él. El romanismo sostiene las mismas orgullosas pretensiones con que supo dominar sobre reyes y príncipes y arrogarse las prerrogativas de Dios. Su espíritu no es hoy menos cruel ni despótico que cuando destruía la libertad humana y mataba a los santos del Altísimo…
Forma parte de su política asumir el carácter que le permita realizar mejor sus fines; pero bajo la apariencia variable del camaleón oculta el mismo veneno de la serpiente (El conflicto de los siglos, p. 571).
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NOTAS DE ELENA
MATERIAL COMPLEMENTARIO DE ESCUELA SABÁTICA
II TRIMESTRE DEL 2024
Narrado por: Patty Cuyan
Desde: California, USA
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