DOMINGO, 11 DE DICIEMBRE
EL MODELO DE JESÚS
El admirable ejemplo de la vida de Cristo, la inigualable ternura con la cual él se aproximó a los sentimientos del alma oprimida, llorando con el que lloraba, gozándose con el que se gozaba en su amor, deben tener una profunda influencia sobre el carácter de todos los que aman a Dios y guardan sus mandamientos.
Deben dar simpatía, no de mala gana sino liberalmente; mediante palabras y actos bondadosos, deben procurar que el camino resulte tan fácil para los pies cansados como desean que sea el camino para sus propios pies. Cuando recibimos diariamente y cada hora la bendición de Dios, no podemos hacer menos para manifestar nuestra gratitud que tener un interés bondadoso y generoso en aquellos por quienes Cristo murió (Nuestra elevada vocación, p. 185).

Si nos hemos convertido en discípulos de Cristo, aprenderemos de él, cada día aprenderemos cómo vencer algún rasgo de carácter detestable, cada día copiaremos su ejemplo y nos acercaremos un poco más al Modelo. Si alguna vez hemos de heredar esas mansiones que él ha ido a prepararnos, aquí debemos estar formando caracteres tales como los de los moradores de allí.
Los requisitos de Dios son hechos con sabiduría y bondad. Al obedecerlos, la mente se expande, mejora el carácter y el alma encuentra paz y descanso que el mundo no puede dar ni quitar (That I May Know Him, p. 121; parcialmente en A fin de conocerle, p. 122).

Así dio Cristo su mandato a sus discípulos. Proveyó ampliamente para la prosecución de la obra y tomó sobre sí la responsabilidad de su éxito. Mientras ellos obedeciesen su palabra y trabajasen en relación con él, no podrían fracasar. Id a todas las naciones, les ordenó. Id hasta las partes más lejanas del globo habitable, pero sabed que mi presencia estará allí. Trabajad con fe y confianza, porque nunca llegará el momento en que yo os abandone.
El mandato que dio el Salvador a los discípulos incluía a todos los creyentes en Cristo hasta el fin del tiempo. Es un error fatal suponer que la obra de salvar almas solo depende del ministro ordenado. Todos aquellos a quienes llegó la inspiración celestial, reciben el evangelio en cometido. A todos los que reciben la vida de Cristo se les ordena trabajar para la salvación de sus semejantes…
Cualquiera sea la vocación de uno en la vida, su primer interés debe ser ganar almas para Cristo. Tal vez no pueda hablar a las congregaciones, pero puede trabajar para los individuos. Puede comunicarles la instrucción recibida de su Señor. El ministerio no consiste solo en la predicación. Ministran aquellos que alivian a los enfermos y dolientes, que ayudan a los menesterosos, que dirigen palabras de consuelo a los abatidos y a los de poca fe… Cristo quiere que sus siervos ministren a las almas enfermas de pecado (El Deseado de todas las gentes, pp. 761, 762).

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NOTAS DE ELENA
LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA
IV TRIMESTRE DEL 2022
Narrado por: Patty Cuyan
Desde: California, USA
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