JUEVES, 11 DE MAYO
EL CREADOR EN LA CRUZ
Cristo me ha dado palabras que hablar: “Deben nacer de nuevo, o nunca entrarán en el reino de los cielos”. Por consiguiente, todos los que tienen una correcta comprensión de este tema deberían abandonar su espíritu de controversia y buscar al Señor con todo su corazón. Entonces hallarán a Cristo y podrán dar un carácter distintivo a su experiencia religiosa. Deberían poner claramente este asunto -la sencillez de la verdadera piedad- delante de la gente en cada discurso. Esto tocará las cuerdas del corazón de toda alma hambrienta y sedienta que anhela obtener la seguridad de la esperanza y la fe y la perfecta confianza en Dios mediante nuestro Señor Jesucristo.
Sea hecho claro y manifiesto que no es posible mediante mérito de la criatura realizar cosa alguna en favor de nuestra posición delante de Dios o de la dádiva de Dios por nosotros. Si la fe y las obras pudieran comprar el don de la salvación, entonces el Creador estaría obligado ante la criatura. En este punto la falsedad tiene una oportunidad de ser aceptada como verdad… Si el hombre no puede, por ninguna de sus buenas obras, merecer la salvación, entonces esta debe ser enteramente por gracia, recibida por el hombre como pecador porque acepta y cree en Jesús. Es un don absolutamente gratuito (Fe y obras, p. 17).
Jesús, resplandor de la gloria de su Padre, “no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo”. Filipenses 2:6, 7. Consintió en pasar por todas las experiencias humildes de la vida y en andar entre los hijos de los hombres, no como un rey que exigiera homenaje, sino como quien tenía por misión servir a los demás. No había en su conducta mancha de fanatismo intolerante ni de austeridad indiferente…
Jesús se vació a sí mismo, y en todo lo que hizo jamás se manifestó el yo. Todo lo sometió a la voluntad de su Padre. Al acercarse el final de su misión en la tierra, pudo decir: “Yo te he glorificado en la tierra: he acabado la obra que me diste que hiciese”. Y nos ordena: “Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón”. Juan 17:4; Mateo 11:29 (El discurso maestro de Jesucristo, pp. 17, 18).
Jesús dijo: “Yo, si fuere levantado en alto de sobre la tierra, a todos los atraeré a mí mismo”. Juan 12:32. Cristo debe ser revelado al pecador como el Salvador que murió por los pecados del mundo; y mientras contemplamos al Cordero de Dios sobre la cruz del Calvario, el misterio de la redención comienza a revelarse a nuestra mente y la bondad de Dios nos guía al arrepentimiento. Al morir por los pecadores, Cristo manifestó un amor incomprensible; y a medida que el pecador lo contempla, este amor enternece el corazón, impresiona la mente e inspira contrición al alma…
EI pecador puede resistir a este amor, puede rehusar ser atraído a Cristo; pero si no se resiste, será atraído a Jesús; el conocimiento del plan de la salvación le guiará al pie de la cruz, arrepentido de sus pecados, los cuales causaron los sufrimientos del amado Hijo de Dios (El camino a Cristo, pp. 26, 27).
VIERNES, 12 DE MAYO: PARA ESTUDIAR Y MEDITAR
A fin de conocerle, “¿Cómo es Dios?”, 13 de septiembre, p. 264; Alza tus ojos, “Cuando se cometen errores”, 8 de mayo,
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NOTAS DE ELENA
LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA
II TRIMESTRE DEL 2023
Narrado por: Patty Cuyan
Desde: California, USA
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