DOMINGO, 12 DE DICIEMBRE
“ESCRITO ESTÁ”
Al hacer frente al enemigo en el desierto la respuesta de Cristo a sus malvadas insinuaciones fue: “Escrito está”. Cuando Satanás pretendió llegar a ser el dueño de todo el mundo, y le pidió que lo adorara como Dios, Aquel a cuya palabra hubieran acudido en su ayuda legiones de ángeles se limitó a decir: “Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás”. Mateo 4:10. Solo comprendemos parcialmente la intensidad de este conflicto. Parecía que el Salvador iba a morir en el campo de batalla, pero resistió a su perverso enemigo. Sus palabras tan bien escogidas eran como una aguda espada de dos filos. Satanás fue completamente derrotado. Se dio cuenta de que el Príncipe de la vida no podía ser engañado por ningún sofisma…
Sea la Palabra de Dios el motivo de nuestro estudio…
A todos los que creen en él, Cristo les dio la facultad de ser hijos de Dios… A medida que conocen más y más la verdad, sus pies se afirman más y más sobre el fundamento seguro. Ni la inundación ni la tempestad los pueden sacar de allí (Cada día con Dios, p. 263).
En la guerra el enemigo aprovecha los puntos débiles de la defensa de aquellos a quienes ataca. En ese punto concentra sus más fieros asaltos. El cristiano no debiera tener puntos débiles en su sistema defensivo. Debiera estar protegido por el apoyo que brinda la Escritura al que está dispuesto a hacer la voluntad de Dios. El alma tentada logrará la victoria si sigue el ejemplo del que enfrentó al tentador con las palabras “Escrito está”. Puede permanecer seguro bajo la protección de un “Así dice Jehová” (Cada día con Dios, p. 257).
Conságrate a Dios todas las mañanas; haz de esto tu primer trabajo. Sea tu oración: “Tómame ¡oh Señor! como enteramente tuyo. Pongo todos mis planes a tus pies. Úsame hoy en tu servicio. Mora conmigo, y sea toda mi obra hecha en ti”. Este es un asunto diario. Cada mañana, conságrate a Dios por ese día. Somete todos tus planes a él, para ponerlos en práctica o abandonarlos, según te lo indicare su providencia.
Podrás así poner cada día tu vida en las manos de Dios, y ella será cada vez más semejante a la de Cristo.
La vida en Cristo es una vida de reposo. Tal vez no haya éxtasis de los sentimientos, pero debe haber una confianza continua y apacible. Tu esperanza no se cifra en ti mismo, sino en Cristo. Tu debilidad está unida a su fuerza, tu ignorancia a su sabiduría, tu fragilidad a su eterno poder. Así que no has de mirar a ti mismo ni depender de ti, sino mirar a Cristo. Piensa en su amor, en la belleza y perfección de su carácter. Cristo en su abnegación, Cristo en su humillación, Cristo en su pureza y santidad, Cristo en su incomparable amor: tal es el tema que debe contemplar el alma. Amándole, imitándole, dependiendo enteramente de él, es como serás transformado a su semejanza (El camino a Cristo, pp. 70, 71).
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NOTAS DE ELENA
LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA
IV TRIMESTRE DEL 2021
Narrado por: Patty Cuyan
Desde: California, USA
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