SÁBADO DE TARDE, 15 DE JULIO
CÓMO NOS RESCATA DIOS
Al aceptar a Cristo como su Salvador personal, el hombre es colocado en la misma íntima relación con Dios como su amado Hijo, y disfruta de su favor especial. Al asociarse íntimamente con Dios es honrado y glorificado, y su vida está escondida con Cristo en Dios. ¡Oh, qué amor maravilloso! …
La pureza de Cristo le ha revelado al hombre su propia impureza en sus colores más odiosos. Entonces se aparta del pecado degradante, mira a Jesús y vive.
En Cristo encuentra un carácter cautivante, impresionante y atractivo. Él es quien murió para librarlo de la deformidad del pecado, por lo cual declara con los labios temblorosos y los ojos arrasados en lágrimas: “Él no habrá muerto por mí en vano”. “Tu bondad me ha engrandecido” (Exaltad a Jesús, p. 291).
Oh Jesús precioso, amoroso, longánime, benigno ¡cuánto te adora mi alma! ¡Que un alma pobre, indigna, contaminada por el pecado pueda estar de pie delante del Dios santo, perfecta en justicia, solo lo debemos a quien es nuestro Sustituto y Garantía! Maravíllense los cielos y asómbrese la tierra, que la raza caída sea objeto de su infinito amor y gozo. El Creador se regocija por ellos con cánticos celestiales, mientras el hombre que fuera contaminado por el pecado, ha venido a ser limpio por la justicia de Cristo, para presentarse ante el Padre libre de mácula pecaminosa; sin “mancha ni arruga ni cosa semejante”. Efesios 5:27. “¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica”. Romanos 8:33 (Alza tus ojos, p. 375).
Oh, ¿cuándo nos daremos cuenta del verdadero valor de la obra e intercesión de nuestro Salvador? ¿Cuándo descansaremos con plena confianza en él, para vivir una vida noble, pura y dedicada? ¡A qué alturas puede llegar la imaginación santificada e inspirada por las virtudes de Cristo! Podemos percibir las glorias del futuro mundo eterno. Podemos vivir como viendo al Invisible. Caminemos por fe, no por vista…
Por la investigación de las Escrituras podemos llegar a comprender lo que somos para Cristo y lo que él es para nosotros. Por la contemplación de él hemos de ser cambiados a su imagen, llegando a ser colaboradores con él, representantes de él en vida y carácter. Debemos aprender a darnos cuenta de que hemos de vivir como hijos e hijas de Dios, amando a Dios por sobre todas las cosas, y a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Hemos de amar la perfección porque Jesús es la personificación de la perfección, el gran centro de atracción. La vida que ahora vivimos debemos vivirla por fe en el Hijo de Dios (Reflejemos a Jesús, p. 310).
===================
NOTAS DE ELENA
LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA
III TRIMESTRE DEL 2023
Narrado por: Patty Cuyan
Desde: California, USA
===================
|| www.drministries.org ||
===================
Leave A Comment