DOMINGO, 16 DE OCTUBRE: “HE DE VER A DIOS”
La doctrina del segundo advenimiento es verdaderamente la nota tónica de las Sagradas Escrituras. Desde el día en que la primera pareja se alejara apesadumbrada del Edén, los hijos de la fe han esperado la venida del Prometido que había de aniquilar el poder destructor de Satanás y volverlos a llevar al paraíso perdido. Hubo santos desde los antiguos tiempos que miraban hacia el tiempo del advenimiento glorioso del Mesías como hacia la consumación de sus esperanzas. Enoc, que se contó entre la séptima generación descendiente de los que moraran en el Edén y que por tres siglos anduvo con Dios en la tierra, pudo contemplar desde lejos la venida del Libertador. “He aquí que viene el Señor, con las huestes innumerables de sus santos ángeles, para ejecutar juicio sobre todos”. Judas 14, 15 (VM). El patriarca Job, en la lobreguez de su aflicción, exclamaba con confianza inquebrantable: “Pues yo sé que mi Redentor vive, y que en lo venidero ha de levantarse sobre la tierra”. Job 19:25 (El conflicto de los siglos, pp. 301, 302).

Nos llama para que caminemos con él por el sendero de la obediencia humilde y verdadera… Si elegimos vivir con Cristo durante las edades interminables de la eternidad, ¿por qué no escogerlo ahora como nuestro Amigo más amado y de mayor confianza, y nuestro Consejero mejor y más sabio?
Nosotros tenemos el privilegio de caminar diariamente con Jesús, en una relación reposada, íntima y feliz. No necesitamos alarmamos si el sendero cruza por conflictos y sufrimientos. Podemos gozar de la paz que sobrepasa todo entendimiento; pero nos costará batallas contra los poderes de las tinieblas, y luchas severas contra el egoísmo y el pecado innato. Las victorias que ganemos diariamente mediante esfuerzos perseverantes e incansables en el bien hacer serán preciosas en Cristo que nos ha amado, “quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras”. Tito 2:14 (Exaltada Jesús, p. 92).

Todo el cielo tiene un profundo interés en nuestro bienestar, en que Satanás no nos controle ni nos amolde de acuerdo con su carácter. “Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama. Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada». Malaquías 4:1, 2 (Cada día con Dios, p. 121).

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NOTAS DE ELENA
LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA
IV TRIMESTRE DEL 2022
Narrado por: Patty Cuyan
Desde: California, USA
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