DOMINGO 17 DE ABRIL
PREPARACIÓN PARA EL DILUVIO

Más de cien años antes del diluvio el Señor envió un ángel al fiel Noé para hacerle saber que no tendría más misericordia de los miembros de la raza corrupta. Pero no quería que ignoraran su propósito. Instruiría a Noé y lo transformaría en un fiel predicador para advertir al mundo acerca de la destrucción que se avecinaba, a fin de que los habitantes de la tierra no tuvieran excusa. El patriarca debía predicar a la gente, y también construir un arca según las indicaciones de Dios para salvación de sí mismo y su familia. No solo debía predicar, sino que su ejemplo al construir el arca habría de convencer a todos que creía lo que predicaban.

Noé y su familia no estaban solos al temer y obedecer a Dios. Pero el patriarca era el más piadoso y santo de todos los hombres de la tierra, y a él preservó Dios para que llevara a cabo su voluntad al construir el arca y advertir al mundo acerca de su próxima condenación (La historia de la redención, p. 64, 65).

Pero Noé permaneció firme como una roca en medio de la tempestad. Toda clase de impiedad y corrupción moral lo circundaba; pero en medio del desprecio y el ridículo popular, en medio de la desobediencia e impiedad universal, Noé se destacaba por su santa integridad y su fidelidad inquebrantable. Mientras el mundo que lo rodeaba ignoraba a Dios y gozaba con toda clase de perversión extravagante que lo condujo a la violencia y a crímenes de toda especie, el fiel predicador de justicia comunicó a esa generación que un diluvio de agua inundaría la tierra a causa de la tremenda maldad de sus habitantes. Los invitó a creer en Dios y a arrepentirse, y a encontrar refugio en el arca…

Poder acompañaba sus palabras; porque era la voz de Dios a través de su siervo. El vínculo con Dios lo fortaleció con el vigor del poder infinito mientras que por ciento veinte años su solemne voz de advertencia vibró en los oídos de aquella generación con respecto a eventos que, según el juicio de la sabiduría humana, parecían imposibles… Cuán sencilla y semejante a la de un niño fue la fe de Noé, en medio de la incredulidad y de las burlas del mundo… Brindó al mundo un ejemplo de lo que es creer exactamente lo que Dios dijo (Reflejemos a Jesús, p. 314).

Es cosa terrible tratar livianamente la verdad que ha convencido nuestro entendimiento y ha tocado nuestro corazón. No podemos rechazar con impunidad las amonestaciones que Dios nos envía en su misericordia. Un mensaje fue enviado del cielo al mundo en tiempo de Noé, y la salvación de los hombres dependía de la manera en que aceptaran ese mensaje. Por el hecho de que ella había rechazado la amonestación, el Espíritu de Dios se retiró de la raza pecadora que pereció en las aguas del diluvio… Considerando los últimos días, el mismo Poder Infinito declara respecto de los que “no recibieron el amor de la verdad para ser salvos”: “Por lo tanto, les envía Dios operación de error, para que crean a la mentira; para que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, antes consintieron a la iniquidad”. 2 Tesalonicenses 2:10-12. A medida que se rechazan las enseñanzas de su Palabra, Dios retira su Espíritu y deja a los hombres en brazos del engaño que tanto les gusta (Early Writings, p. 45; parcialmente en El conflicto de los siglos, p. 426).

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NOTAS DE ELENA
LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA
II TRIMESTRE DEL 2022
Narrado por: Patty Cuyan
Desde: California, USA
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