SÁBADO, 17 DE SEPTIEMBRE
CRISTO EN EL CRISOL
Era un ser de poder y gloria admirables el que se había levantado contra Dios. Acerca de Lucifer el Señor dice: “Tú echas el sello a la proporción, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura”. Ezequiel 28:12. Lucifer había sido el querubín cubridor. Había estado en la luz de la presencia de Dios. Había sido el más alto de todos los seres crea-dos y el primero en revelar los propósitos de Dios al universo. Después que hubo pecado, su poder seductor era tanto más engañoso y resultaba tanto más difícil desenmascarar su carácter cuanto más exaltada había sido la posición que ocupara cerca del Padre.

Dios podría haber destruido a Satanás y a los que simpatizaban con él tan fácilmente como nosotros podemos arrojar una piedrecita al suelo; pero no lo hizo. La rebelión no se había de vencer por la fuerza. Solo el gobierno satánico recurre al poder compulsorio. Los principios del Señor no son de este orden. Su autoridad descansa en la bondad, la misericordia y el amor; y la presentación de estos principios es el medio que quiere emplear. El gobierno de Dios es moral, y la verdad y el amor han de ser la fuerza que lo haga prevalecer (El Deseado de todas las gentes, pp. 706, 707).

Jesús no depuso su vida hasta haber cumplido la obra que había venido a hacer; y exclamó con su último suspiro: “¡Consumado es!” Los ángeles se regocijaron cuando escucharon esas palabras, porque el gran plan de redención había sido llevado a cabo triunfalmente. Hubo gozo en el cielo porque los hijos de Adán, de allí en adelante, y gracias a una vida de obediencia, podrían ser llevados finalmente a la presencia de Dios. Satanás fue derrotado y sabía que su reino estaba perdido (La historia de la redención, p. 235).

[Satanás] había esperado desbaratar el plan de salvación; pero sus fundamentos llegaban demasiado hondo. Y ahora, por la muerte de Cristo, conoció que él habría de morir finalmente y que su reino sería dado a Jesús. Tuvo Satanás consulta con sus ángeles. Nada había logrado contra el Hijo de Dios, y era necesario redoblar los esfuerzos y volverse con todo su poder y astucia contra sus discípulos. Debían Satanás y sus ángeles impedir a todos cuantos pudiesen que recibieran la salvación comprada para ellos por Jesús. Obrando así, todavía podría Satanás actuar contra el gobierno de Dios. También le convenía por su propio interés apartar de Cristo a cuantos seres humanos pudiese, porque los pecados de los redimidos con su sangre caerán al fin sobre el causante del pecado, quien habrá de sufrir el castigo de aquellos peca-dos, mientras que quienes no acepten la salvación por Jesús sufrirán la penalidad de sus propios pecados (Primeros escritos, pp. 177, 178).

===================
NOTAS DE ELENA
LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA
III TRIMESTRE DEL 2022
Narrado por: Patty Cuyan
Desde: California, USA
===================
|| www.drministries.org ||
===================