JUEVES, 18 DE AGOSTO
CONTINÚA SIENDO FIEL AUN CUANDO NO PUEDAS VER A DIOS
La fe acepta lo que Dios dice al pie de la letra, sin pedir comprender el significado de los incidentes penosos que ocurran. Pero son muchos los que tienen poca fe. Siempre están temiendo y cargándose de dificultades. Cada día están rodeados por las pruebas del amor de Dios, cada día gozan de los beneficios de su providencia; pero pasan por alto estas bendiciones. Y las dificultades que encuentran, en vez de hacerlos allegarse a Dios, los separan de él, porque crean agitación y rebelión.

¿Hacen bien de ser así incrédulos? Jesús es su amigo. Todo el cielo está interesado en su bienestar, y su temor y murmuraciones agravian al Espíritu Santo. No es porque veamos o sintamos que Dios nos oye por lo que debemos creer. Debemos confiar en sus promesas. Cuando acudimos a él con fe, debemos creer que toda petición penetra hasta el corazón de Cristo. Cuando hemos pedido su bendición, debemos creer que la recibiremos, y agradecerle de que la tenemos. Luego hemos de atender a nuestros deberes, confiando en qué la bendición será enviada cuando más la necesitemos. Cuando aprendamos a hacer esto, sabremos que nuestras oraciones reciben contestación. Dios obrará por nosotros “mucho más abundantemente de lo que pedimos”, “conforme a las riquezas de su gloria”, y “por la operación de la potencia de su fortaleza”. Efesios 3:20, 16; 1:19 (Obreros evangélicos, pp. 275, 276).

Los que trabajan para Dios se encontrarán con incomodidad, con-fusión y cansancio. A veces el corazón distraído casi se desespera, presa de la incertidumbre. Cuando lo envuelve esta clase de desasosiego nervioso, el obrero debería detenerse y descansar. Cristo lo invita: “Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco”. Marcos 6:31. “El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas… Los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”. Isaías 40:29, 31.

El obrero no puede tener buen éxito mientras eleva a Dios oraciones apresuradas, para luego correr y dar atención a cosas que teme descuidar u olvidar. Solo toma tiempo para dedicarle de prisa algunos pensamientos a Dios, eso es todo. No se da tiempo para pensar, para orar, ni para esperar que el Señor le renueve tanto sus energías físicas como espirituales. Pronto queda rendido. No siente la influencia eleva-dora e inspiradora del Espíritu de Dios. No es reanimado por una vida fresca. Su cuerpo agotado y su cerebro cansado no experimentan alivio mediante el contacto personal con Cristo.

“Aguarda a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; sí, espera a Jehová”. Salmo 27:14. “Bueno es esperar en silencio la salvación de Jehová”. Lamentaciones 3:26 (Exaltad a Jesús, p. 257).

VIERNES, 19 DE AGOSTO: PARA ESTUDIAR Y MEDITAR
A fin de conocerle, 17 de septiembre, “Orar pidiendo dirección”, p. 264;
Reflejemos a Jesús, 18 de abril, “La oración es apropiada en cualquier momento y lugar”, p. 114.

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NOTAS DE ELENA
LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA
III TRIMESTRE DEL 2022
Narrado por: Patty Cuyan
Desde: California, USA
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