MARTES, 18 DE JULIO
AHORA RESUCITADOS, ASCENDIDOS Y EXALTADOS CON CRISTO
Cristo se entregó a sí mismo por la redención de la especie, para que todos los que creen en él puedan tener vida eterna. Todos los que aprecien este gran sacrificio reciben del Salvador el más precioso de todos los dones: un corazón limpio. Obtienen una experiencia más valiosa que el oro, o la plata o las piedras preciosas. Se sientan con Cristo en lugares celestiales, para gozar en comunión con él la alegría y la paz que solo él puede dar. Lo aman con el corazón, la mente, el alma y las fuerzas, pues comprenden que son su herencia adquirida con sangre. Su visión espiritual no está distorsionada por los procedimientos y los propósitos mundanos. Son uno con Cristo así como él es uno con el Padre (Dios nos cuida, p. 266).
¿Por qué se permitió que el gran conflicto se prolongara por tantos siglos? ¿Por qué no se suprimió la existencia de Satanás al comienzo mismo de su rebelión? Para que el universo se convenciera de la justicia de Dios en su trato con el mal; para que el pecado recibiese condenación eterna. En el plan de salvación hay alturas y profundidades que la eternidad misma nunca podrá agotar, maravillas que los ángeles desearían escrutar. De todos los seres creados, solo los redimidos han conocido por experiencia el conflicto real con el pecado; han trabajado con Cristo y, cosa que ni los ángeles podrían hacer, han participado de sus sufrimientos. ¿No tendrán acaso algún testimonio acerca de la ciencia de la redención, algo que sea de valor para los seres no caídos?
Aún ahora es “dado a conocer” “por medio de la iglesia”, “a los principados y potestades en los lugares celestiales, la multiforme sabiduría de Dios”. Y “juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales… para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús”. Efesios 3:10; 2:6, 7 (La educación, p. 308).
Satanás no puede retener los muertos en su poder cuando el Hijo de Dios les ordena que vivan… En su palabra, todo nos es ofrecido. Si la recibimos, tenemos liberación.
“Y si el Espíritu de Aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó a Cristo Jesús de los muertos, vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros”. “Porque el mismo Señor con aclamación, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero: luego nosotros, los que vivimos, los que quedamos, juntamente con ellos seremos arrebatados en las nubes a recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”. Romanos 8:11; 1 Tesalonicenses 4:16, 17. Tales son las palabras de consuelo con que él nos invita a que nos consolemos unos a otros (El Deseado de todas las gentes, pp. 286, 287).
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NOTAS DE ELENA
LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA
III TRIMESTRE DEL 2023
Narrado por: Patty Cuyan
Desde: California, USA
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