DOMINGO, 18 DE JUNIO
PREPARACIÓN PARA LA CRISIS FINAL
Los justos y los pecadores estarán viviendo aún sobre la Tierra en su estado mortal: los hombres estarán plantando y edificando, comiendo y bebiendo, inconscientes de que arriba, en el Santuario celestial, habrá sido pronunciada la decisión final e irrevocable. Antes del diluvio, después que Noé entró en el arca, Dios lo guardó allí, y dejó a los impíos afuera; pero la gente, ignorando que su condena estaba determinada, prosiguió por siete días más en su descuido, en su vida amante de placeres, y se mofaron de las advertencias del juicio inminente. “Así” dice el Salvador, “será la venida del Hijo del Hombre”. La hora decisiva que fijará el destino de cada hombre, el retiro final de la misericordia ofrecida a los culpables, vendrá silenciosa, inadvertidamente, como ladrón en la noche.
Los hombres se están dejando adormecer en una seguridad fatal y solo despertarán cuando la ira de Dios se derrame sobre la tierra (Maranata: el Señor viene, p. 262).
Todo verdadero seguidor de Cristo tiene una obra que realizar. Dios ha dado a cada uno su obra. Unos pocos están señalando ahora el rollo de la profecía que se cumple rápidamente, y están proclamando el mensaje: Preparaos, mostrad vuestra obediencia a Dios guardando sus mandamientos…
Considere todo aquel que ama a Dios que ahora, mientras es de día, es tiempo, no de trabajar entre las ovejas que ya están en el redil, sino de salir a buscar a los perdidos y a los que perecen. Estos necesitan ayuda especial para ser traídos de vuelta al redil. Ya es tiempo de que los indiferentes despierten de su sueño. Ya es tiempo de rogar a las almas que no solamente escuchen la Palabra de Dios, sino que se apresuren en llenar de aceite las vasijas juntamente con sus lámparas. El aceite es la justicia de Cristo. Representa el carácter, y el carácter no es transferible. Nadie puede obtenerlo para darlo a otro. Cada uno debe lograr para sí un carácter purificado de toda mancha de pecado (Testimonios para los ministros, pp. 232-234).
Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis. Mateo 24:44…
No sabemos el tiempo preciso cuando nuestro Señor se manifestará en las nubes de los cielos, pero él nos ha dicho que nuestra única seguridad está en estar preparados constantemente, velando y esperando. Sea que tengamos por delante un año, o cinco, o diez, debemos ser fieles hoy a nuestra creencia. Debemos realizar los deberes diarios tan fielmente como si fuera el último día que vivimos.
No estamos cumpliendo la voluntad divina si esperamos ociosamente. A cada uno ha dado su obra, y espera que cada uno cumpla fielmente su parte… Como nunca antes, hay que resistir al pecado, a los poderes de las tinieblas. El tiempo exige una actividad enérgica y decidida de parte de los que creen la verdad presente. Deberían enseñarla por precepto y ejemplo (A fin de conocerle, p. 360).
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NOTAS DE ELENA
LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA
II TRIMESTRE DEL 2023
Narrado por: Patty Cuyan
Desde: California, USA
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