JUEVES, 20 DE ABRIL
LOS VENCEDORES DEL APOCALIPSIS
La única esperanza del pecador descansa plenamente sobre Cristo… Nuestra aceptación por Dios es segura únicamente mediante su Hijo amado, y las buenas obras no son más que el resultado de la obra de su amor que perdona el pecado. No son un crédito para nosotros, y no se nos reconoce ninguna cosa por nuestras buenas obras, por las cuales podamos reclamar alguna parte para la salvación de nuestras almas. La salvación es el libre don hecho al creyente, que le es dado únicamente por intermedio de Cristo. El alma afligida puede encontrar paz mediante la fe en Cristo… No puede presentar sus buenas obras como un recurso para la salvación de su alma (Nuestra elevada vocación, p. 120).

Hay hoy día miles que necesitan aprender la misma verdad que fue enseñada a Nicodemo por la serpiente levantada. Confían en que su obediencia a la ley de Dios los recomienda a su favor. Cuando se los invita a mirar a Jesús y a creer que él los salva únicamente por su gracia, exclaman: “¿Cómo puede esto hacerse?”

Como Nicodemo, debemos estar dispuestos a entrar en la vida de la misma manera que el primero de los pecadores. Fuera de Cristo, “no hay otro nombre debajo del cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”. Hechos 4:12. Por la fe, recibimos la gracia de Dios; pero la fe no es nuestro Salvador. No nos gana nada. Es la mano por la cual nos asimos de Cristo y nos apropiamos sus méritos, el remedio por el pecado. Y ni siquiera podemos arrepentirnos sin la ayuda del Espíritu de Dios. La Escritura dice de Cristo: “A este ha Dios ensalzado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y remisión de pecados”. Hechos 5:31. El arrepentimiento proviene de Cristo tan ciertamente como el perdón (El Deseado de todas las gentes, p. 147).

Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. 1 Juan 5:4…

[L]as tentaciones de Satanás no tienen poder sobre aquellos que consideran a Jesús el Autor y Consumador de su fe. No puede hacer pecar a quien acepta por fe las virtudes de Aquel que fue tentado en todo como nosotros, pero que fue sin pecado…
El que se arrepiente de su pecado y acepta el don de la vida del Hijo de Dios, no puede ser vencido. Aferrándose por fe de la naturaleza divina llega a ser un hijo de Dios. Ora, cree. Cuando es tentado y probado, reclama el poder que da Cristo en virtud de su muerte, y vence por medio de su gracia. Cada pecador necesita comprender esto. Debe arrepentirse de su pecado, debe creer en el poder de Cristo, y aceptar ese poder, que salva y guarda de pecado…

Hay que permitir que la verdad penetre en el alma, porque así realizará la santificación del carácter. Refinará y elevará la vida y os preparará para las mansiones celestiales que Jesús ha ido a preparar para todos los que le aman (Sons and Daughters of God, p. 349; parcialmente en Hijos e hijas de Dios, p. 351).

VIERNES, 21 DE ABRIL: PARA ESTUDIAR Y MEDITAR
Exaltad a Jesús, 26 de mayo, “Los resultados de la obediencia a las leyes”, p. 154;
Mensajes selectos, t. 3, “Cristo está al lado de los santos perseguidos”, pp. 480, 481.

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NOTAS DE ELENA
LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA
II TRIMESTRE DEL 2023
Narrado por: Patty Cuyan
Desde: California, USA
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