JUEVES, 21 DE JULIO
EL CARÁCTER Y LA COMUNIDAD
Aquellos que pertenecen a la familia de la fe nunca debieran dejar de reunirse, porque este es el medio que Dios ha designado para conducir a sus hijos a la unidad, a fin de que con amor y compañerismo cristiano se ayuden y fortalezcan y animen unos a otros.

Como hermanos en nuestro Señor, somos llamados por una santa vocación a una vida santa y feliz. Habiendo entrado por la senda estrecha de la obediencia, refresquemos nuestras mentes mediante la comunión de unos con otros y con Dios. Mientras vernos aproximarse el día de Dios, reunámonos a menudo para estudiar su Palabra y exhortarnos unos a otros a ser fieles hasta el fin (Nuestra elevada vocación, p. 168).

Aunque Pablo poseía elevadas facultades intelectuales, su vida revelaba el poder de una sabiduría aún menos común, que le daba rapidez de discernimiento y simpatía de corazón, y le ponía en estrecha comunión con otros, capacitándolo para despertar su mejor naturaleza e inspirarlos a luchar por una vida más elevada. Su corazón estaba lleno de ardiente amor por los creyentes corintios. Anhelaba verlos revelar una piedad interior que los fortaleciera contra la tentación. Sabía que a cada paso del camino cristiano se les opondría la sinagoga de Satanás, y que tendrían que empeñarse diariamente en conflictos…

Los creyentes corintios necesitaban una experiencia más profunda en las cosas de Dios. No sabían plenamente lo que significaba contemplar su gloria y ser cambiados de carácter en carácter. No habían visto sino los primeros rayos de la aurora de esa gloria. El deseo de Pablo para con ellos era que pudieran ser henchidos con toda la plenitud de Dios, que prosiguieran conociendo a Aquel cuya salida se prepara como la mañana, y continuaran aprendiendo de él hasta que llegaran a la plenitud del mediodía de una perfecta fe evangélica (Los hechos de los apóstoles, p. 248).

Dios está sacando a un pueblo del mundo para colocarlo sobre la exaltada plataforma de la verdad eterna, los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. Él quiere disciplinar y preparar a sus hijos. No estarán en desacuerdo, creyendo uno una cosa, y teniendo otro una fe y opiniones totalmente opuestas, moviéndose cada uno independientemente del cuerpo. Por la diversidad de los dones y ministerios que él ha puesto en la iglesia, todos pueden llegar a la unidad de la fe…

Es necesario que nuestra unidad hoy sea de un carácter tal que soporte el fuego de la prueba… Tenemos muchas lecciones que aprender, y muchísimas que desaprender. Solo Dios y el cielo son infalibles. Serán chasqueados quienes creen que nunca habrán de abandonar una opinión acariciada, que nunca se les presentará la ocasión de cambiar su punto de vista. Mientras sigamos aferrados a nuestras propias ideas y opiniones con empecinada porfía, no podremos tener la unidad por la cual Cristo oró (Testimonios para los ministros, pp. 29-31).

VIERNES, 22 DE JULIO: PARA ESTUDIAR Y MEDITAR
Hijos e hijas de Dios, 3 de abril, “Dios promete un corazón nuevo”, p. 102;
Testimonios para la iglesia, t. 6, “Avanzad juntos”, p. 294.

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NOTAS DE ELENA
LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA
III TRIMESTRE DEL 2022
Narrado por: Patty Cuyan
Desde: California, USA
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