MIÉRCOLES, 22 DE FEBRERO
TRABAJAR CON INTEGRIDAD
El cimiento de la integridad comercial y del verdadero éxito es el reconocimiento del derecho de propiedad de Dios. El Creador de todas las cosas es el propietario original. Nosotros somos sus mayordomos. Todo lo que tenemos es depósito suyo para que lo usemos de acuerdo con sus indicaciones.
Esta obligación pesa sobre cada ser humano. Se aplica a toda la gama de la actividad humana. Reconozcámoslo o no, somos mayordomos a quienes Dios ha otorgado talentos y capacidades, y los ha puesto en el mundo para hacer la obra que él les ha asignado.
A cada hombre se le confiere “su obra”, la obra para la cual lo capacitan sus aptitudes, la que dará como resultado la mayor suma de bien para sí mismo y sus semejantes, y la mayor honra para Dios (La educación, pp. 137, 138).

La fuerza de carácter consiste en dos cosas: la energía de la voluntad y del dominio propio. Muchos jóvenes consideran equivocadamente corno Fuerza de carácter la pasión arrolladora; pero la verdad es que el que se deja dominar por sus pasiones, es un hombre débil. La verdadera grandeza del hombre y su nobleza se miden por el poder de los sentimientos que subyuga, no por el de los sentimientos que lo vencen a él. El hombre más fuerte es aquel que, aunque sensible al ultraje, refrena sin embargo la pasión y perdona a sus enemigos. Los tales hombres son verdaderos héroes…
Dios nos ha dado nuestras facultades intelectuales y morales; pero en extenso grado cada persona es arquitecto de su propio carácter. Cada día va subiendo la estructura. La Palabra de Dios nos advierte que prestemos atención a cómo edificamos, para que nuestro edificio se funde, en la Roca eterna. Llegará el tiempo en que nuestra obra quedará revelada tal cual es. Ahora es el momento para que todos cultiven las facultades que Dios, les ha dado, a fin de que puedan desarrollar un carácter que tenga utilidad aquí y sea apto para la vida superior (Testimonios para la iglesia, t. 4, p. 649).

“Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios”. En la consagración de todo el ser, tanto físico como ,mental, al control del Espíritu de Dios, este principio es el fundamento de cada acción, pensamiento, y motivo. Se deben crucificar las pasiones y la voluntad no santificada. Esta puede ser considerada una tarea estricta y rigurosa. Sin embargo, la debe realizar, o escuchará la terrible sentencia de labios de Jesús: “Apártate”. Usted puede hacer todas las cosas mediante Cristo que lo fortalece… Necesita exclamar fervorosamente: “Oh Dios, convierte lo más íntimo de mi alma”. Así podrá ejercer una influencia benéfica sobre otros jóvenes… Que el Dios de paz lo santifique totalmente: alma, cuerpo y espíritu (Exaltad a Jesús, p. 256).

José caminó con Dios. No permitió que se lo desviara de la senda de la justicia para desobedecer la ley de Dios ni con halagos ni con amenazas. Su dominio propio y su paciencia en la adversidad, y su inalterable fidelidad, han quedado registrados para beneficio de todos los que habrían de vivir más tarde sobre la tierra. Cuando sus hermanos reconocieron su pecado en su presencia, los perdonó ampliamente y manifestó mediante sus actos generosos y amantes que no albergaba resentimiento por la forma cruel como lo habían tratado previamente (La historia de la redención, p. 105).

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NOTAS DE ELENA
LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA
I TRIMESTRE DEL 2023
Narrado por: Patty Cuyan
Desde: California, USA
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