JUEVES, 23 DE FEBRERO
BUSCAR CONSEJOS PIADOSOS
Cuando lo juzga bueno, el Señor da a quienes guardan su Palabra poder para ejercer fuerte influencia en favor del bien. De hecho, ellos dependen de Dios, y a él tendrán que dar cuenta de la manera en que empleen los talentos que les confió. Deben comprender que son administradores de los bienes del Señor y que deben glorificar su nombre.

Los que hayan puesto todos sus afectos en Dios tendrán éxito. En Cristo, se perderán a sí mismos de vista y los atractivos del mundo no tendrán ningún poder para apartarlos de la obediencia. Comprenderán que los adornos exteriores no dan fuerza. No es una apariencia importante la que representa de una manera correcta la obra que debemos realizar como pueblo elegido de Dios. Los que trabajan en relación con nuestra obra pro salud deben estar adornados de la gracia de Cristo. Ello les permitirá ejercer la mayor influencia que sea dable ejercer para el bien (Testimonios para la iglesia, t. 7, p. 90).

Los hombres más sabios aprenden lecciones útiles de los modos y hábitos de las pequeñas criaturas de la tierra. La industriosa abeja da a los hombres inteligentes un ejemplo que harían bien en imitar. Esos insectos observan un perfecto orden y en el enjambre no se tolera la ociosidad. Ejecutan la tarea asignada con una inteligencia y una actividad que sobrepasan nuestro entendimiento. Las hormigas, a las cuales consideramos como una plaga que debe ser aplastada con el pie, en muchos aspectos son superiores a los hombres porque estos son inteligentes y no mejoran los dones de Dios. El hombre sabio atrae nuestra atención hacia las pequeñas cosas de la tierra: “Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y” sé sabio; la cual no teniendo capitán, ni gobernador, ni señor, prepara en el verano su comida, y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento”. “Las hormigas, pueblo no fuerte, y en el verano preparan su comida”. Proverbios 6:6; 30:25. De esos pequeños maestros podemos aprender una lección de fidelidad. Si con la misma diligencia, nos aplicásemos a mejorar las facultades que el Creador omnisciente nos ha otorgado, ¡cuánto aumentarían nuestras capacidades para ser útiles! Dios tiene puesto sus ojos en la menor de sus criaturas; ¿acaso no contemplará al hombre creado a su imagen y le exigirá que corresponda a todos los favores que le ha concedido? (Testimonios para la iglesia, t. 4, pp. 446, 447).

Jesús ha estado entregando bienes a sus siervos siglos tras siglo. Una generación tras otra ha ido acumulando la herencia de la fe; los talentos han aumentado grandemente con el uso, y han llegado hasta nosotros. Somos como siervos contratados. Él nos compró, y pagó el precio del rescate con su propia sangre para asegurar nuestro servicio voluntario…
Todo lo que pide de usted es que use los talentos que se le han confiado. Si piensa que Dios le ha dado cinco talentos, consuélese con la idea que él no espera de usted la adición de diez. ¡En el nombre de Jesús de Nazaret, le insto a que eleve su mirada! El arco iris de la promesa está rodeando el trono (Alza tus ojos, p. 341).

VIERNES, 24 DE FEBRERO: PARA ESTUDIAR Y MEDITAR
En los lugares celestiales, “El oro del carácter cristiano”, 15 de junio, p. 175; Mi vida hoy, “Los talentos y su recompense”, 19 de abril, p. 119.

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NOTAS DE ELENA
LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA
I TRIMESTRE DEL 2023
Narrado por: Patty Cuyan
Desde: California, USA
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