MARTES, 23 DE MAYO
UN MISTERIO: LA GRAN BABILONIA
Tan pronto como se repobló la tierra, los hombres reanudaron su hostilidad contra Dios y el cielo. Transmitieron su enemistad a sus descendientes como si la habilidad y los ardides para descarriar a los hombres y perpetuarlos en esa guerra antinatural hubiera sido un legado sagrado.

Esta confederación nació de la rebelión contra Dios. Los moradores de la llanura de Sinar establecieron su reino para su exaltación propia, no para la gloria de Dios. Si hubiesen tenido éxito, hubiera predominado un grandioso poder que hubiera desterrado la justicia e inaugurado una nueva religión. El mundo se habría corrompido. La mezcla de ideas religiosas con teorías erróneas hubiera terminado cerrando la puerta a la paz, la felicidad y la seguridad. Esas hipótesis, esas teorías erróneas, llevadas a cabo y perfeccionadas, habrían apartado las mentes de la lealtad a los estatutos divinos, y la ley de Jehová hubiera sido despreciada y olvidada. Hombres decididos inspirados e instados por el primer gran rebelde— habrían resistido todo lo que se interpusiera en sus planes o en su mal proceder. En lugar de los preceptos divinos, habrían puesto leyes urdidas de acuerdo con los deseos de su corazón egoísta, a fin de poder llevar a cabo sus propósitos (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 1, pp. 1105, 1106).

Los que luchan para vencer serán perseguidos por las tentaciones del enemigo. Satanás tratará de que se aparten de los principios que deben mantener, para alcanzar la elevada norma que Dios les ha fijado. El enemigo se regocija cuando puede inducir a las almas a seguir ideas equivocadas, hasta que sus nombres sean borrados del libro de la vida y anotados entre los de los injustos. Solo podremos vencer en la forma como Cristo lo hizo: Al obedecer de todo corazón cada mandamiento de Dios. La verdadera religión consiste en obedecer todos los mandamientos de Dios.

Toda alma que sea finalmente salvada, debe someter sus propios planes y avanzar por donde Jesús indica. El entendimiento debe ser sometido a Cristo para que lo limpie, lo refine y lo purifique. Eso siempre debe ocurrir cuando recibimos correctamente las enseñanzas de Cristo. ¡Oh, cuánto más íntimamente necesitamos conocerlo! Necesitamos conocer sus propósitos y cumplir su voluntad mientas decimos de todo corazón: “Señor, ¿qué quieres que yo haga?” (Cada día con Dios, p. 320).

Debemos ponemos cada parte de la armadura [celestial], y luego mantenemos firmes. El Señor nos ha honrado eligiéndonos como sus soldados. Luchemos valientemente para él procediendo correctamente en cada transacción. La rectitud en todas las cosas es esencial para el bienestar del alma… Poneos como vuestra coraza esa justicia divina-mente protegida que todos tienen el privilegio de llevar. Ella protegerá vuestra vida espiritual.

Si tenemos puesta la armadura celestial, descubriremos que los asaltos del enemigo no tendrán poder sobre nosotros. Nos rodearán ángeles de Dios para protegemos (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 6, p. 1119).

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NOTAS DE ELENA
LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA
II TRIMESTRE DEL 2023
Narrado por: Patty Cuyan
Desde: California, USA
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