DOMINGO, 25 DE JUNIO
PABLO, EVANGELISTA EN ÉFESO
Cuando Pablo se relacionó directamente con los idólatras habitantes de Éfeso, el poder de Dios se manifestó notablemente por medio de él. Los apóstoles no siempre podían hacer milagros a voluntad. El Señor concedía a sus siervos ese poder especial cuando lo exigía el progreso de su causa o el honor de su nombre. Como Moisés y Aarón en la corte de Faraón, el apóstol ahora tenía que defender la verdad contra los prodigios mentirosos de los magos. Por lo tanto, los milagros que hizo fueron de un carácter diferente de los que hasta entonces había hecho. Así como el borde de la vestimenta de Cristo había comunicado poder sanador a la que buscó alivio mediante el toque de la fe, así también en esta ocasión las vestimentas fueron el medio de curación para todos los que creían: “las enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían”. Sin embargo, esos milagros no fomentaron una ciega superstición. Cuando Jesús sintió el toque de la mujer que sufría, exclamó: “Ha salido poder de mí”. Las Escrituras declaran que el Señor hacía milagros mediante la mano de Pablo, y era ensalzado el nombre del Señor Jesús, no el nombre de Pablo (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista, t. 6, pp. 1063, 1064).

Al quemar estos libros de magia, los conversos efesios mostraron que ahora aborrecían las cosas en las cuales se habían deleitado una vez. Era por la magia cómo habían ofendido especialmente a Dios y puesto en peligro sus almas; y contra la magia manifestaron tal indignación. Así dieron evidencia de su verdadera conversión.

Estos tratados sobre adivinación contenían reglas y formas de comunicarse con los malos espíritus. Eran los reglamentos del culto de Satanás, instrucciones para solicitar su ayuda y obtener de él información. Reteniendo estos libros, los discípulos se hubieran expuesto a la tentación; vendiéndolos, hubieran colocado la tentación en el camino de otros. Habían renunciado al reino de las tinieblas; y para destruir su poder, no vacilaron ante ningún sacrificio. Así la verdad triunfó sobre los prejuicios de los hombres, y también sobre su amor al dinero.

Por esta manifestación del poder de Cristo, se ganó una poderosa victoria en favor del cristianismo en la misma fortaleza de la superstición. La influencia que tuvo fue más extensa de lo que aun Pablo comprendía. Desde Éfeso las nuevas se extendieron ampliamente, y se dio un poderoso impulso a la causa de Cristo. Mucho después que el apóstol mismo hubo terminado su carrera, estas escenas vivían en la memoria de los hombres, y eran el medio de ganar conversos para el evangelio (Los hechos de los apóstoles, p. 234).

Podemos ejercer una influencia, una influencia poderosa en el mundo… Debemos tener por único blanco la gloria de Dios. Debemos trabajar con toda la inteligencia que Dios nos ha dado, colocándonos donde fluye la luz, para que la gracia de Dios pueda derramarse sobre nosotros para amoldarnos y conformarnos a la semejanza divina. El cielo está esperando otorgarles sus más ricas bendiciones a aquellos que quieran consagrarse para hacer la obra de Dios en estos últimos días de la historia del mundo (La maravillosa gracia de Dios, p. 272).

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NOTAS DE ELENA
LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA
III TRIMESTRE DEL 2023
Narrado por: Patty Cuyan
Desde: California, USA
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