JUEVES, 26 DE ENERO
PROYECTOS ESPECIALES: OFRENDAS DE FRASCOS
En su misericordia, Jesús había perdonado sus pecados, había llamado de la tumba a su amado hermano, y el corazón de María estaba lleno de gratitud… A costa de gran sacrificio personal, había adquirido un vaso de alabastro de “nardo líquido de mucho precio” para ungir su cuerpo… Quebrando el vaso de ungüento, derramó su contenido sobre la cabeza y los pies de Jesús, y llorando postrada le humedecía los pies con sus lágrimas y se los secaba con su larga y flotante cabellera…
María oyó las palabras de crítica. Su corazón temblaba en su interior. Temía que su hermana la reprendiera como derrochadora. El Maestro también podía considerarla impróvida. Estaba por ausentarse sin ser elogiada ni excusada, cuando oyó la voz de su Señor: “Dejadla; ¿por qué la fatigáis?” Él vio que estaba turbada y apenada. Sabía que mediante este acto de servicio había expresado su gratitud por el perdón de sus pecados, e impartió alivio a su espíritu. Elevando su voz por encima del murmullo de censuras, dijo: “Buena obra me ha hecho; que siempre tendréis los pobres con vosotros, y cuando quisiereis les podréis hacer bien; mas a mí no siempre me tendréis. Esta ha hecho lo que podía; porque se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura” (El Deseado de todas las gentes, pp. 512-514).

El apóstol Pablo, en su ministerio entre las iglesias, era incansable en sus esfuerzos por inspirar en los corazones de los nuevos conversos un deseo de hacer grandes cosas por la causa de Dios. A menudo los exhortaba a ejercer la liberalidad. Al hablar con los ancianos de Éfeso respecto a sus labores anteriores entre ellos, dijo: “En todo os he enseñado que, trabajando así, es necesario sobrellevar a los enfermos, y tener presente las palabras del Señor Jesús, el cual dijo: Más bienaventurada cosa es dar que recibir”. Hechos 20:35. “El que siembra escasamente escribió a los corintios—, también segará escasamente; y el que siembra en bendiciones, en bendiciones también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, o por necesidad; porque Dios ama el dador alegre”. 2 Corintios 9:6, 7.
Casi todos los creyentes macedonios eran pobres en bienes de este mundo, pero sus corazones rebosaban de amor a Dios y a su verdad, y daban alegremente para el sostén del evangelio. Cuando se hicieron colectas generales entre las iglesias gentiles para aliviar a los creyentes judíos, la liberalidad de los conversos de Macedonia se presentaba como un ejemplo a las otras iglesias. Escribiendo a los creyentes corintios, el apóstol les llamó la atención a “la gracia de Dios que ha sido dada a las iglesias de Macedonia: que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su bondad…
La buena voluntad de los creyentes macedonios para sacrificarse era resultado de la consagración completa. Movidos por el Espíritu de Dios, “a sí mismos se dieron primeramente al Señor” (2 Corintios 8:5); entonces estaban dispuestos a dar generosamente de sus medios para el sostén del evangelio (Los hechos de los apóstoles, pp. 275, 276).

VIERNES, 27 DE ENERO: PARA ESTUDIAR Y MEDITAR
Consejos sobre mayordomía cristiana, “Gozosa liberalidad en la obra final”, p. 45; Conflicto y valor, “El trabajo más a mano”, 2 de agosto, p. 220.

===================
NOTAS DE ELENA
LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA
I TRIMESTRE DEL 2023
Narrado por: Patty Cuyan
Desde: California, USA
===================
|| www.drministries.org ||
===================