LUNES, 26 DE JUNIO
UN MOTÍN EN EL ANFITEATRO
En su discurso Demetrio había indicado que su oficio estaba en peligro. Estas palabras revelan la verdadera causa del tumulto de Éfeso, y también la causa de mucha de la persecución que afrontaron los apóstoles en su trabajo. Demetrio y sus compañeros de oficio vieron que por la enseñanza y la extensión del evangelio, el negocio de la fabricación de imágenes estaba en peligro. Los ingresos de los sacerdotes y artesanos paganos estaban comprometidos y por esta razón levantaron contra Pablo la más acerba oposición.
La decisión del escribano y de otros que ocupaban puestos de honor en la ciudad, había puesto a Pablo delante del pueblo como una persona inocente de acto ilegal alguno. Este fue otro triunfo del cristianismo sobre el error y la superstición. Dios había levantado a un gran magistrado para vindicar a su apóstol y detener a la turba tumultuosa. El corazón de Pablo se llenó de gratitud a Dios porque su vida había sido conservada y el cristianismo no había cobrado mala fama a causa del tumulto de Éfeso (Los hechos de los apóstoles, p. 239).
Pablo, además de trabajar en público iba de casa en casa predicando el arrepentimiento para con Dios y la fe en nuestro Señor Jesucristo. Se encontraba con los hombres en sus hogares, y les rogaba con lágrimas declarándoles todo el consejo de Dios. Jesús entró en contacto personal con los hombres. No se mantuvo apartado de los que necesitaban su ayuda… Hemos de acercamos a los que necesitan nuestro ministerio Hemos de abrir la Biblia a su comprensión, presentar las demandas de la ley de Dios, leer las promesas a los que vacilan, instar a los que demoran, despertar a los descuidados, fortalecer a los débiles.
No descuidemos la tarea de hablar a nuestros vecinos y de hacerles todo el bien que podamos… Necesitamos buscar el espíritu que impulsaba al apóstol Pablo a ir de casa en casa, suplicando con lágrimas, y enseñando “acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo” (Reflejemos a Jesús, p. 237).
Hay mil tentaciones disfrazadas y preparadas para aquellos que tienen la luz de la verdad; y la única seguridad para cualquiera de nosotros consiste en no recibir ninguna nueva doctrina, ninguna nueva interpretación de las Escrituras, sin someterla primero a hermanos de experiencia. Presentádsela con un espíritu humilde y dispuesto a recibir enseñanza, con ferviente oración, y si ellos no la aceptan, ateneos a su juicio…
Satanás está trabajando constantemente; pero pocos tienen idea alguna de su actividad y sutileza. El pueblo de Dios debe estar preparado para resistir al astuto enemigo. Esta resistencia es lo que Satanás teme. Él conoce mejor que nosotros el límite de su poder, y cuán fácilmente puede ser vencido si le resistimos y le hacemos frente. Por la fuerza divina, el santo más débil puede más que él y todos sus ángeles, y si se lo sometiese a prueba podría demostrar su poder superior. Por eso los pasos de Satanás son silenciosos, sus movimientos furtivos, y sus baterías enmascaradas. Él no se atreve a mostrarse abiertamente, no sea que despierte las energías dormidas del cristiano, y lo impulse a ir a Dios en oración (Maranata: el Señor viene, p. 62).
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NOTAS DE ELENA
LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA
III TRIMESTRE DEL 2023
Narrado por: Patty Cuyan
Desde: California, USA
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