MIÉRCOLES 27 DE ABRIL
“DESCENDAMOS”

[Cristo] vino a este mundo en forma humana para vivir como un hombre entre los hombres. Tomó las flaquezas de la naturaleza humana para ser probado y examinado. En su humanidad, era participante de la naturaleza divina. En su encarnación, ganó en un nuevo sentido el título de Hijo de Dios… Si bien era el Hijo de un ser humano, llegó a ser en un nuevo sentido el Hijo de Dios. Así estuvo en nuestro mundo: el Hijo de Dios, y sin embargo unido a la raza humana por su nacimiento.

Cristo vino en forma humana para mostrar a los habitantes de los mundos no caídos y del mundo caído que se ha hecho amplia provisión a fin de capacitar a los seres humanos para que vivan en lealtad a su Creador. Soportó las tentaciones con que a Satanás se le permitió acosarlo, y resistió todos sus asaltos. Fue sumamente afligido y duramente acosado, pero Dios no lo abandonó sin reconocer lo que hacía. Cuando fue bautizado por Juan en el Jordán, al salir del agua, descendió sobre él el Espíritu de Dios, en forma de una paloma áurea, y una voz del cielo dijo: “Este es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia”. Mateo 3:17 (Mensajes selectos, t. 1, p. 265, 266).

Dios observa al pecador… David fue un hombre que se arrepintió y, aunque confesó y detestó su pecado, no pudo olvidarlo.
Exclamó: “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí estás. Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano… Aun las tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como el día”. Salmo 139:7-12.

Dios está en todas partes. Ve, sabe todas las cosas, y entiende las intenciones y determinaciones del corazón. Intentar ocultar el pecado de su atención es tarea vana. Vio cuando nuestros primeros padres pecaron en el Edén. Vio cuando Caín levantó su mano contra Abel para matarlo. Observó los pecados del mundo antiguo, determinó sus días, y los castigó con el diluvio. También vio los pecados de su propio pueblo del pacto, los judíos, cuando se confabularon en contra del Hijo de Dios (Testimonios acerca de la conducta sexual, adulterio y divorcio, p. 101).

Hay constructores de torres en nuestros días. Los incrédulos formulan sus teorías sobre supuestas deducciones de la ciencia, y rechazan la palabra revelada de Dios… En el mundo que profesa ser cristiano, muchos se alejan de las claras enseñanzas de la Sagrada Escritura y construyen un credo fundado en especulaciones humanas y fábulas agradables: y señalan su torre como una manera de subir al cielo.

El tiempo de la investigación de Dios ha llegado. El Altísimo descenderá para ver lo que los hijos de los hombres han construido. Su poder soberano se revelará; las obras del orgullo humano serán abatidas (Conflicto y valor, p. 42).

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NOTAS DE ELENA
LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA
II TRIMESTRE DEL 2022
Narrado por: Patty Cuyan
Desde: California, USA
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