¿Por qué a mí no me escucha?

¿Qué es lo que piensas, cuándo oras y no recibes respuesta?.
Como buen Padre; Dios está presto a escuchar nuestra oración.
Muchas veces nosotros mismos ponemos obstáculos al orar.
Esos obstáculos pueden ser :
*Pedimos mal. Pedís, pero no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites. (Santiago 4:3).
*Hay pecados no confesados en nuestro corazón. Si en mi corazón hubiera yo mirado a la maldad, el Señor no me hubiera escuchado (Salmos 66:18).
*No estamos esperando con paciencia. No es el tiempo. Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. ( Eclesiastés 3:1).
Debemos corregir lo que sea necesario; pero no nos soltemos de la mano de Dios. No dejemos de confiar, no dejemos de orar.