03 DE MARZO
SALMO 89:19-20
«Una vez hablaste en una visión, y le dijiste a tu pueblo fiel: “Le he brindado mi ayuda a un valiente; al mejor hombre del pueblo lo he exaltado. He encontrado a David, mi siervo, y lo he ungido con mi aceite santo”» (SAL. 89:19-20).

Sabemos que la revelación de nuestro Dios a través de las visiones se ha manifestado por medio de los profetas, de sueños, de señales, a través del Espíritu Santo, por medio de Su Palabra, y a través de Su revelación más completa.

El Salmo 89 es un salmo mesiánico; el último de la sección III, que habla de la promesa y la fidelidad de Dios. Remarca la «relación íntima entre el destino de la nación y el propósito divino con respecto a ella» (Comentario Bíblico Beacon, Tomo 3), y el destino de nuestra vida ahora como pueblo suyo. «Dios ordenó la monarquía para Su pueblo como un medio para promover su bienestar social, eligiendo la línea davídica» conforme al misterio de Su perfecta voluntad.

El pacto de Dios con Su pueblo elegido mencionado en este salmo fue una revelación y un llamado contundente a la salvación que, por medio del «nuevo pacto» y a través de Su Iglesia, alcanza a todos los hombres de todos los tiempos, en todo lugar, tanto a judíos como a gentiles. «Él nos hizo conocer el misterio de su voluntad conforme al buen propósito que de antemano estableció en Cristo, para llevarlo a cabo cuando se cumpliera el tiempo, esto es, reunir en él todas las cosas, tanto las del cielo como las de la tierra» (Ef. 1:9-10).

David, con un carácter polifacético, fue pastor de ovejas, atleta, músico, poeta, general del ejército y rey. Este valiente guerrero, el mejor de todos los jóvenes, llamado hombre del pueblo, de la gente común y siervo, fue un varón conforme al corazón de Dios (1 Sam. 13:14) y fue ungido por Samuel (1 Sam. 16:12-13).

Fue encontrado, seleccionado, escogido, levantado y exaltado, a quien se le dio el más alto honor. Atributos y características que nos llevan a describir a ese hombre que completó toda la obra y revelación de Su Padre.

¡Jesús es llamado hijo de David! Y del mismo modo que el apóstol Pedro ubicó todo en un contexto mesiánico, así también el apóstol Pablo hace referencia a Cristo.

«Tras destituir a Saúl, les puso por rey a David, de quien dio este testimonio: “He encontrado en David, hijo de Isaí, un hombre conforme a mi corazón; él realizará todo lo que yo quiero”. De los descendientes de este, conforme a la promesa, Dios ha provisto a Israel un Salvador, que es Jesús» (Hech. 13:22-23).

Hemos sido encontrados, enseñados, y ungidos con el aceite sagrado y de la santa unción, que es el Espíritu Santo. La vida del siervo de Dios se manifiesta ahora en nuestra vida, y hasta que Cristo sea formado en nosotros (Gál. 4:19b). Es una promesa, es una bendición y el acto más glorioso que hemos alcanzado al ser llamados ¡hijos de Dios!

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SALMOS
DEVOCION MATUTINA VESPERTINA
Narrado por: Joyce Vejar
Desde: Arizona, USA
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