07 DE ENERO
SALMO 119:36
«Inclina mi corazón hacia tus estatutos» (SAL. 119:36).

Cuando el capitán de un barco ve la luz del faro en el horizonte, entiende cuál es el camino que debe de seguir. De inmediato sus manos hacen girar con fuerza el timón en la dirección apropiada. Pero todo esto no significa necesariamente que el barco vire en ese momento. No puede haber un cambio de dirección verdadero hasta que el motor cambia de verdad su acción. Cuando el motor cambia, entonces sí, toda la nave es propulsada en la dirección deseada. Cuando el motor cambia es cuando de verdad se establece un nuevo rumbo.

Del mismo modo sucede con nosotros. Si te acercas a la Palabra de Dios, tus ojos serán capaces de ver la verdad, tu mente comprenderá la verdad, y en consecuencia dirigirás tus manos y tus pies hacia lo que es verdadero. Pero el cambio definitivo tan solo podrá tener lugar cuando tu corazón, el motor de tu vida, gire hacia la verdad. El corazón es el centro de la vida interior. El alma, el espíritu, o la mente son tan solo provincias del corazón. El corazón es el centro de la voluntad, de los afectos y de la fe, de modo que todo aquello que incida sobre nuestro corazón transformará nuestra existencia, para bien o para mal.

Por eso Salomón declara: «Por sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque de él mana la vida» (Prov. 4:23). La Palabra de Dios ilumina tus ojos y hace que pongamos la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra (Col. 3:2). La Palabra de Dios ilumina tu mente, y te hace permanecer en la verdad porque es lámpara a tus pies, mostrándote el camino en que debes de andar (Sal. 119:105). La Palabra de Dios ilumina tus pies, y te conduce por la puerta estrecha y por el camino angosto que conduce a la vida eterna (Mat. 7:13-14). Pero del mismo modo necesitas que la Palabra ilumine tu corazón.

Canta con el salmista: «Inclina mi corazón hacia tus estatutos». Sí, que Dios incline tu corazón. Ora al Señor pidiéndole que Su Palabra preciosa no cambie tan solo tus pensamientos o tus acciones o tus pasos. Que Dios mueva tu corazón para que tu vida entera esté dirigida por la luz de Cristo. Tal es el impacto de la voluntad de Dios en nuestras vidas que el resultado final no es tan solo unos ojos que ven, una mente que entiende, unos pies que andan en el camino de la verdad, sino un corazón transformado que ama a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo. Que tu cristianismo sea auténtico y no tan solo algo externo.

Que tu corazón se vea inclinado a los estatutos del Señor, que en la Palabra encuentres tu delicia y al beber del agua viva y comer del maná del cielo, tu corazón sea transformado por la Palabra del Señor.

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SALMOS
DEVOCION MATUTINA VESPERTINA
Narrado por: Joyce Vejar
Desde: Arizona, USA
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