10 DE MARZO
SALMO 5:3
«Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré delante de ti, y esperaré» (SAL. 5:3, RVR1960).
Oirás mi voz . Observa, esto no es tanto una oración como una resolución. Sin oración no valdría la pena vivir.
De mañana. Una hora en la mañana vale dos por la noche. En tanto que el rocío está sobre la hierba, que la gracia descienda sobre el alma. Demos a Dios las mañanas de nuestros días y la mañana de nuestras vidas. La oración ha de ser la clave del día y el cerrojo de la noche.
«En los días de nuestros padres —dice el obispo Burnet—, cuando una persona llegaba temprano por la mañana a la puerta de su vecino y deseaba hablar con el dueño de la casa, era costumbre que los siervos le dijeran con franqueza: “Mi amo está orando”, del mismo modo que ahora dicen: “Mi amo está en la cama”».
Me presentaré delante de ti, y esperaré. Colocaré mi oración en el arco y lo dirigiré hacia el cielo, y luego, cuando dispare la flecha, miraré para ver a dónde ha ido a parar. Pero el hebreo tiene todavía un significado más pleno que esto: «Dirigiré mi oración». Es la palabra que es usada para poner en orden la leña y los trozos de la víctima sobre el altar, y que se usa también para poner el pan de la proposición sobre la mesa. Significa precisamente esto: «Ordenaré mi oración delante de ti»; la pondré sobre el altar por la mañana, tal como el sacerdote dispone el sacrificio matutino. Ordenaré mi oración, o como Master Trapp dice: «Pondré en orden de batalla mis oraciones», las pondré en orden, y las colocaré en sus lugares apropiados, para que pueda orar con toda mi fuerza, y orar de modo aceptable.
Esperaré, o como podría traducirse mejor el hebreo: «voy a observar la respuesta. Después de haber orado, esperaré que venga la bendición». Es la palabra que se usa en otro lugar donde leemos de los que velan esperando la mañana. De este modo velaré observando tu respuesta, ¡oh Señor! Voy a disponer mi oración como la víctima sobre el altar, y miraré y esperaré recibir la respuesta por el fuego del cielo al consumir los sacrificios. ¿No nos perdemos mucho de la dulzura y eficacia de la oración por falta de una meditación cuidadosa antes de ella y de una expectativa anhelante después? La oración sin fervor es como cazar con un perro muerto, y la oración sin preparación es ir a la caza con un halcón ciego. Dios hizo al hombre, pero Él usó el polvo de la tierra como material; el Espíritu Santo es el autor de la oración, pero Él emplea los pensamientos de un alma fervorosa como si fuera oro con que formar un vaso. ¡Que nuestras oraciones y alabanzas no sean como los destellos de un cerebro llameante y apresurado, sino como el ardor constante y seguro de un fuego bien encendido!
Somos como el avestruz, que pone sus huevos y no se preocupa de sus pequeños. Sembramos la simiente, pero somos demasiado indolentes para recoger la cosecha. Que la preparación santa se una a la expectativa paciente, y tendremos respuestas mucho más abundantes a nuestras oraciones.
===================
SALMOS
DEVOCION MATUTINA VESPERTINA
Narrado por: Joyce Vejar
Desde: Arizona, USA
===================
|| www.drministries.org ||
===================
Leave A Comment