13 DE JULIO
SALMO 115:1, 8
«La gloria, Señor, no es para nosotros; no es para nosotros, sino para tu nombre, por causa de tu amor y tu verdad […]. Semejantes a ellos son sus hacedores, y todos los que confían en ellos» (SAL. 115:1, 8).

Nos convertimos en lo que adoramos. Esa es la realidad que nos presenta el Salmo 115. Y si consideramos la narrativa bíblica, la afirmación del salmista tiene pleno sentido. Fuimos creados a la imagen de Dios y, como afirmó Calvino, solo encontramos nuestra humanidad al conocer a Dios.

Existe una dinámica en la adoración que hace que tomemos la forma, nos asemejemos, a aquello que adoramos. Piensa en las personas que admiras o respetas. Muchas veces adaptamos sus comportamientos, hábitos o preferencias.
Eso es solo al nivel de la admiración, imagínate al nivel de la adoración. Cuando adoramos a algo, nos convertimos en eso.

Lo triste es que cuando adoramos a ídolos muertos, eso es lo que nos sucede, morimos. La dinámica de la adoración de ídolos funciona en ambas direcciones.
La realidad es que en Éxodo 32, leemos que el pueblo de Dios trató de crear a un dios a la imagen de ellos. Crearon a un dios diferente a Jehová, era un dios que no era trascendental, sino más cercano y parecidos a ellos. Adoraron a un ser creado como ellos.

Tendemos a hacer eso, tendemos a crear ídolos que tienen similitud a nosotros porque al final nuestro deseo es adorarnos a nosotros mismos.

Entonces, ¿qué tenemos que hacer para no adorar ídolos muertos y terminar como ellos? La única solución es adorar al Dios verdadero. Solo podemos hacer esto por medio del evangelio, ya que a través de él podemos ver la gloria de Cristo en Su faz (2 Cor. 4:6) y ser transformados a Su imagen de gloria en gloria (2 Cor. 3:18).

En este lado de la eternidad, ¿en dónde vemos a Jesús con más claridad? En Su obra, en el evangelio y sábado tras sábado cuando nos reunimos con los santos a escuchar el evangelio siendo proclamado. En ese momento Jesús promete estar con nosotros y cuando el evangelio es proclamado, Su gloria es revelada y somos transformados. No es en balde que los textos que rodean Éxodo 32 son textos que invitan al pueblo de Dios a observar el día de reposo. El punto es este, cuando no reposamos en Jesús, olvidamos quién nos salvó y crearemos ídolos muertos y, en consecuencia, nosotros terminaremos muertos. Necesitamos que nos recuerden el evangelio para poder adorar al verdadero Dios y tener vida y vida en abundancia.

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SALMOS
DEVOCION MATUTINA
Narrado por: Joyce Vejar
Desde: Arizona, USA
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