14 DE MARZO
SALMO 116:1-19
«Te ofreceré sacrificio de alabanza, e invocaré el nombre de Jehová» (SAL. 116:17).

Nací con una enfermedad del corazón que amenazaba mi vida. Mi familia hizo todo lo posible para librarme de la enfermedad, de la cual se conocía poco en aquellos tiempos. Se conocía como «el mal azul» porque las uñas y la piel adquirían un color azulado por deficiencia de oxígeno. Recuerdo que hicieron una promesa, una especie de trato, con un santo, que esperaban que me sanara por medio de un milagro, si el resto de mi vida vestía de una tela llamada «guinga», de color amarillo. Dormía, me levantaba y pasaba el día vestido de aquella tela. Por supuesto, el milagro nunca ocurrió. Años después me sometieron a tres diferentes operaciones quirúrgicas que corrigieron los defectos de mi sistema cardiovascular.

El sacrificio físico no fue, y nunca será, la respuesta para acercarnos a Dios. El Señor busca adoradores que le adoren en espíritu y en verdad. La Palabra de Dios nos insta a presentar nuestros cuerpos como un sacrificio vivo que es la clase de sacrificio que agrada a Dios. No se trata de auto castigos o de sufrimientos físicos; se trata de abandonar los hábitos o vicios que nos atan, las pasiones carnales, los pensamientos indecorosos y las prácticas inmorales, la adoración de imágenes y el culto a dioses paganos, se trata de sacrificar los apetitos carnales para agradar a Jesús, el único Dios verdadero. Adorar a Dios en espíritu, sacrificando las tendencias malignas que batallan contra nuestra consagración, es la mejor alabanza que podamos ofrecerle al Padre celestial.

Abandonemos todo lo que nos aleja del Señor y vivamos una vida sana, que es la mejor alabanza para el Señor.

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SALMOS
DEVOCION MATUTINA VESPERTINA
Narrado por: Joyce Vejar
Desde: Arizona, USA
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