15 DE ENERO
SALMO 46
«Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia» (SAL. 46:1).

Hay momentos en donde regiones del mundo pueden experimentar el colapso de sus sistemas. Países en donde los sistemas de gobierno colapsan, como sucedió con el muro de Berlín y el bloque comunista en el año 1989, o cuando hay guerras civiles. También podemos ver este fenómeno como resultado de desastres naturales. Por ejemplo, el paso del huracán Katrina puso a la ciudad de Nueva Orleans de rodillas con el desplome de la gracia común en ese lugar. Yo pude ser testigo de la devastación del huracán María en Puerto Rico, en septiembre del año 2017.

Cuando llegué a la isla 10 días después del paso de esta tormenta, todo era destrucción y desorden.
Pero en estos días estamos experimentado el colapso de la sociedad como la conocemos por el efecto de un organismo tan pequeño como un virus. Fronteras están siendo cerradas, la economía se está deteniendo y ciudades como Nueva York están paralizadas. La reacción natural del ser humano es temer. Temer puede darnos un sentido de seguridad al hacernos pensar que es la respuesta adecuada a la circunstancia que vivimos y porque justifica que actuemos de maneras que nos hacen sentir seguros. En Estados Unidos, algunas personas acumulan comida y papel higiénico para sentirse «seguras», pensando que con una alacena llena todo estará bien.

¿A dónde acude el creyente en estos momentos de incertidumbre y devastación? El Salmo 46 es el lugar en las Escrituras que claramente nos dice al lugar que debemos acudir. En medio de nuestro temor, en medio de los sistemas políticos colapsando, en medio de la naturaleza rugiendo, tenemos promesas de Dios que deben sostenernos.

Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia. Por eso, no temeremos aunque se desmorone la tierra y las montañas se hundan en el fondo del mar; aunque rujan y se encrespen sus aguas, y ante su furia retiemblen los montes (vv. 1-3).

Dios es un refugio, es un lugar donde podemos protegernos. Es un lugar, en el que cuando todo parece caer, nos sentimos seguros.
En una ocasión estaba manejando junto a mi familia cuando una tormenta comenzó a azotar el área. Los celulares anunciaban la cercanía de tornados y mi hija menor se llenó de miedo. Tan pronto llegamos a la casa se tranquilizó, se sentía segura. Dios es ese lugar seguro para los creyentes. No solo es refugio, también es nuestra fortaleza. Fortaleza se refiere a aquello que nos da fuerza. Al sentirnos protegidos nos fortalecemos. ¿Alguna vez fuiste víctima de acoso o intimidación («bullying»)? ¿Te sentías fuerte cuando tu hermano mayor iba contigo a enfrentarlo? De la misma forma nos sentimos fuertes porque ningún enemigo puede derrotarnos. Pero lo más asombroso es que Dios es una ayuda pronta, cercana. Él no está lejos. En estos días, ningún presidente de una nación va a consolar a cada ciudadano personalmente. Ellos están en la Casa Blanca, en la Casa Rosada o en el Zócalo. Pero Dios está cercano. Él está con nosotros en nuestra dificultad.

Por eso, no tememos. El versículo 8 nos invita a mirar las obras de Dios para sentir seguridad.
En este tiempo, la mayor obra que miramos para calmar nuestras almas es el evangelio. Miramos al niño en el pesebre, Dios tomando forma de hombre para representarnos. Miramos Su vida perfecta que nos da justicia. Miramos Su sacrificio en la cruz que remueve nuestros pecados. Miramos la tumba vacía que nos da esperanza de vida eterna. Y por sus obras entonces podemos hacer lo que el versículo 10 nos demanda: «Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios…».

Este «quédense quietos» no es un tiempo devocional con una taza de café en donde meditamos tranquilamente. Quedarse quietos es someternos en obediencia que se refleja en confianza al Dios que hace las obras. Entonces, por medio de Su obra tenemos paz y por eso no tememos. Estad quietos es la demanda de Dios a un mundo rebelde a que confiemos en Él. Cuando todo colapsa, estamos quietos porque Jesús hizo lo que no podíamos hacer.

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SALMOS
DEVOCION MATUTINA VESPERTINA
Narrado por: Joyce Vejar
Desde: Arizona, USA
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