16 DE ABRIL
SALMO 73:20-28
«Mi carne y mi corazón desfallecen; mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre» (SAL. 73:26).
En el jardín frente a la casa tengo un árbol pequeño y al anticipar la fuerza del huracán Irma, usé unas sogas elásticas para atarlo a la cerca. Regresé a casa después del paso del huracán, y vi que, aunque el viento y la lluvia abatieron el árbol, no se había derrumbado del todo porque las sogas lo sujetaron y las raíces permanecieron en la tierra. Cuando vino el jardinero a enderezarlo, le quitó las sogas elásticas y lo afianzó con estacas de madera, me dijo que las estacas lo mantendrían seguro durante mucho tiempo.
Sin embargo, días después vino un fuerte viento y las estacas no lo soportaron.
Antes de que cayera por completo lo volví a amarrar a la cerca con las sogas elásticas y de nuevo quedó en pie.
Hoy, mientras escribo esta meditación, está pasando una tormenta por mi casa. Una vez más mi pobre árbol está casi tocando el piso, pero las raíces siguen en tierra. ¡Las sogas elásticas que le volví a poner lo están sosteniendo!
El mundo estará en nuestra contra y los vientos nos moverán de un lado a otro.
La lluvia nos golpeará, pero como dijo el escritor del salmo, nos mantendremos firmes porque nuestra roca es Dios. Esa roca nos mantiene seguros y por mucho que la vida nos sacuda, Dios nos mantendrá a Su lado y nos resguardará de las tormentas que vengan a nuestra vida.
Padre, ayúdame a decir a otros el amor y la fortaleza que existen en ti.
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SALMOS
DEVOCION MATUTINA VESPERTINA
Narrado por: Joyce Vejar
Desde: Arizona, USA
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